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Difícil negociación en el conflicto entre la policía croata y el Ejército yugoslavo

Dos miembros de la presidencia yugoslava, el macedonio Vasil Tupurkovski y el bosnio Bogic Bogocevie no llegaron a un acuerdo ayer con el presidente de Croacia, Franjo Tudjman, acerca de la retirada de la policía croata del parque nacional Plitvice, tal como lo había ordenado la presidencia colectiva, el domingo pasado.El Ministerio de Interior de Croacia retiró a las tropas especiales de la policía, pero envió a 90 agentes regulares, con la tarea de establecer una comisaría en medio del parque donde el domingo pasado se produjeron los conflictos sangrientos entre las tropas de la policía croata y la serbia, al mando de la autoproclamada región de Krajina, que el lunes pasado declaró su unificación con Serbia. El presidente Tudjman accedió, según informó la televisión croata a posponer por algunos días el uso de fuerza para despejar las carreteras y las vías férreas bloqueadas ya sea por las barricadas o por las amenazas de las explosiones. Pidió, a cambio, que la presidencia yusolava condene la ilegitimidad de las decisiones de los dirigentes de Krajina y sus actos terroristas.

Mientras tanto, las unidades de las Fuerzas Armadas permanecen en Plitvice y el Ministerio de la Defensa sugirió a la presidencia que las tropas militares deberían quedarse ahí hasta que no se consiga un acuerdo político. Esta aspiración de la cúpula militar coincide con la declaración del Parlamento serbio, reunido ayer en una sesión extrordinaria para analizar la decisión de los 13 municipios de Krakina sobre su unficicación con Serbia. El Parlamento serbio no se pronunció abiertamente a favor de la unificación, aunque -prometió apoyar a los serbios fuera de la república de Serbia" e invitó a las Fuerzas Armadas a tomar más control de la franja de la república de Croacia con la predominancia de la población serbia, es decir, Krajina y Slavonija, mientras no se llegue a un acuerdo político.

Si esta propuesta fuera aceptada por la presidencia, entonces las Fuerza Armadas llegarían a controlar una quinta parte del territorio croata y efectivamente entrarían en la vida política de esta república.

Situación de anarquía

La situación en los pueblos serbios en Croacia es anárquica, como si se estuviera provocando una intervención militar. El Partido Democrático Serbio, que controla absolutamente la vida política, juega con los nervios de la población, anunciando constantemente la inminente llegada de los policías croatas con el fin de liquidar a los serbios. En Knin, los trenes que conectan Belgrado y Zagreb con la Costa Dálmata están parados, supuestamente por temor a las minas. Por la noche, la población se despierta con el ruido de las explosiones; de día, los croatas detienen a los serbios y éstos respoden con la misma acción. Las clases escolares están suspendidas y los reservistas y los voluntarios están listos para el combate.

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