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Los prosoviéticos de Letonia critican a Gorbachov y piden el estado de excepción

El presidente de la organización pansoviética de Letonia Interfront, Anatolijs Aleksejevs, acusó. ayer al presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, de haber "permitido la ley de la jungla" en las repúblicas bálticas, y al presidente del Gobierno de Letonia, Anatolijs Gorbunov, de instigar acciones terroristas contra el Ejército soviético y la minoría rusa en esta República. Aleksejevs pidió el estado de excepción. en Letonia "para restablecer la ley".

Un día después de que el Parlamento letón anunciara la convocatoria de un referéndum sobre su independencia y secesión de la URSS y horas después de que una bomba estallara en la sede del partido comunista (prosoviético) en la capital, Riga, Aleksejevs declaró ayer a EL PAS que Gorbachov es "sencillamente incapaz" de proteger a los ciudadanos de la República de lo que calificó de "terrorismo y persecución racial", instigados según él por las autoridades bajo el presidente Gorbunov.Aleksejevs, que asegura representar los intereses de la minoría rusa, bielorrusa y ucraniana y de los letones antiindependentistas, manifestó que Gorbachov ha dejado a las minorías bajo la autoridad de gobiernos que reprimen, persiguen y matan. "La vida humana aquí ha dejado de tener valor. Vivimos en un Estado sin ley y por desgracia vemos que Gorbachov es sencillamente incapaz de protegernos. Es necesario algún tipo de régimen especial para reinstaurar la legalidad", afirmó.

Foco de violencia

Letonia, que proclamó su decisión de independizarse de la URSS el 4 de mayo de 1990, ha sido con Lituania el principal foco de violencia en el conflicto entre el poder central del Kremlin y los gobiernos electos democráticamente de las repúblicas bálticas. El pasado día 20 de enero, una semana después de la violenta operación militar soviética contra instalaciones de la República de Lituania en Vilna, fuerzas de intervención especial del Ministerio del Interior soviético (OMON) asaltaron en Riga el Ministerio de Interior letón causando seis muertos y una decena de heridos. Estas fuerzas aún ocupan la Casa de la Prensa, donde se hallan casi todas las imprentas de la República.

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La operación de Riga pareció responder al mismo esquema que la de Vilna, destinada también a derrocar a las fuerzas nacionalistas que han declarado unilateralmente su independencia de Moscú.

Para justificarse, las fuerzas militares se remitían a llamadas de ayuda de comités de salvación o de ciudadanía que habrían solicitado su intervención para poner fin a su supuesta persecución por parte de las autoridades y para reinstaurar la Iegalidad soviética". Interfront juega un importante papel en esta justificación de la intervención armada contra el Gobierno. Ha recibido considerable apoyo de la gran minoría de los rusos en Letonia -un 47% de la población- que se consideran amenazados por las fuerzas más radicales del nacionalismo letón.

Aleksejevs acusó al Gobierno de haber instigado los acontecimientos del 20 de enero, ya que "los boinas negras entraron en la sede después de que cinco miembros de la milicia letona hubieran violado a la mujer de uno de sus compañeros". El presidente: de Interfront, un comunista ortodoxo que llegó ayer a calificara Gorbachov de "agente provocador", aseguró que en la agresión a esta mujer los milicianos obedecían órdenes del Gobierno en el marco de la ofensiva de intimidación contra los militares soviéticos y las minorías.

La bomba que estalló poco después de las 22 horas en unas oficinas del partido comunista en Riga causó escasos daños, como ha sucedido con las 12 bombas que contra instalaciones promoscovitas han estallado en los últimos meses. Un sargento de la milicia letona que vigilaba el edificio resultó levemente herido y se rompieron los cristales.

"Es extraño, cuando vuelan un monumento letón, queda totalmente destruido, pero las bombas que estallan en las oficinas comunistas nunca rompen casi nada. No sugiero nada, pero parece sospechoso", manifestaba ayer Martin Gravitis, un periodista letón.

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