El IPC tampoco es bueno
Las magnitudes económicas internas tienen poco peso sobre las decisiones de los inversores españoles, que parecen bastante más preocupados por la trayectoria de Wall Street que por un IPC francamente negativo. Siempre se podrá decir que la subida de los precios al consumo de octubre estaba descontada ya que, incluso, se ha adaptado a las previsiones del mercado, pero no hay dudas de su impacto, sobre todo si se mide a través de la contratación. El dinero ha suspendido su actividad hasta nueva orden, que puede coincidir con cualquier tirón del mercado norteamericano o con la llegada del índice a una zona de soporte.La decisión de no actuar en este mercado parece, de momento, la más acertada ante la incertidumbre de la mayor parte de las bolsas, Wall Street incluido. En esta sesión, y cuando la bolsa española intentaba recuperar algunas posiciones, una apertura dudosa en Nueva York vino a recordar que muy pocas cosas han cambiado en el entorno internacional y que sólo conviene jugar sobre seguro. Al cierre se perdieron 0,97 puntos y sólo un valor, Telefónica, mostraba un volumen digno de mención, aunque prácticamente la mitad de la operación se hizo a través de una aplicación, lo que vuelve a dejar en manos de las instituciones toda la actividad del mercado.