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LA CITA DE LOS MÁS RICOS

Houston intenta despegar nuevo

"Una nueva era para el mundo y para la ciudad", titulaba ayer un periódico local al referirse a la apertura de la reunión de máximos dirigentes del Grupo de los Siete. Ese es el sentimiento de los casi dos millones de habitantes que viven en el área y que esperan que tras la cumbre Houston vuelva a ser una de las grandes poblaciones de Norteamérica. Tanto es así que la alcaldesa, Kathryn Whitmire, declaraba sin rubor que "la cumbre es probablemente el mayor suceso ocurrido desde que el centro espacial de la NASA vino a la ciudad".Toda la ciudad tejana está pendiente de los ocho líderes de Occidente y sus parejas, de los 1.500 diplomáticos que les acompañan y de los 3.800 periodistas de todo el mundo llegados en los últimos días. Donde más se nota el cambio es en la Universidad de Rice, en donde se celebran los encuentros en la cumbre de esta 16º reunión de los países más poderosos de la Tierra. Cientos de voluntarios unidos a los profesionales contratados por el Gobierno norteamericano llevan semanas preparando el acontecimiento. El color de las banderas de los países participantes queda casi eclipsado por las 30.000 begoñas rojas plantadas en el campus de la universidad la semana pasada.

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Siete agendas para una cumbre

Allí, en plena universidad, se han preparado cuatro salas de reuniones dependientes en las que se realiza ya el trabajo de la cumbre. Dos para los jefes de Estado, una para los ministros de Finanzas y la otra para los de Exteriores. Cada una de ellas está perfectamente acondicionada para que las cámaras de televisión tomen las imágenes de los debates y las inmortalicen. La mesa principal, realizada por una conocida firma de diseño norteamericano, ha costado 175.000 dólares (17,5 millones de pesetas) y está hecha de vieja madera tejana. Todo el montaje ha sido posible con un presupuesto de 5,2 millones de dólares (520 millones de pesetas), al que hay que añadir una multitud de aportaciones de empresas y personajes locales.

Esta colaboración de los ciudadanos de Houston está plenamente justificada por los resultados que esperan conseguir de ella. No sólo por los cerca de 50 millones de dólares (5.000 millones de pesetas) que generará la cumbre a la ciudad, sino porque todos ellos esperan que después del 11 de julio Houston renazca de su depresión económica.

La última vez que esta ciudad fue el centro del mundo fue el 20 de julio de 1969, cuando el astronauta Neil Arinstrong decía a bordo del Apollo XI: "Houston, aquí Base Tranquilidad. Eagle ha alunizado". Hoy las fuerzas vivas quieren volverse a situar donde estuvieron antes de caer el precio del crudo.

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