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Una leyenda madrileña

, Carmen de Castro asegura que la leyenda prácticamente ha podido ser confirmada. Según ésta, el padre de José Murga, marqués de Linares, tuvo un hijo con su esposa y una hija con una estanquera que, según la doctora, era en realidad cigarrera.

Pasó el tiempo, y el joven Murga se enamoró de una muchacha, sin saber que se trataba de su hermana por parte de padre. La leyenda afirma que al saber el padre la identidad de la novia de su hijo hizo que éste se trasladara a Londres. Durante esta estancia el padre falleció.

Los jóvenes decidieron entonces casarse y, cuando ya habían contraído matrimonio, descubrieron por una carta que eran hermanos. La decisión que adoptaron fue la de mantener el celibato hasta la muerte. Incluso optaron por vivir en diferentes plantas del palacio.

A su muerte, el palacio fue heredado por la hija de un empleado del marqués, a quien su padre la había puesto también el nombre de Raimunda. Algunos testimonios aseguran que era una sobrina lejana, pero Sánchez de Castro asegura que la heredera no tenía ninguna vinculación familiar con los marqueses. La joven Raimunda se casó con el conde de Villapadierna. El palacio fue vendido a finales de los años cincuenta a la Compañía Trasmediterránea.

Desde entonces, el inmueble, monumento histórico artístico desde 1976, ha permanecido abandonado, aunque no en las mismas manos, pues ha sido propiedad de la Confederación de Cajas de Ahorros, de la empresa Teseo y de Emiliano Revilla, antes de que en abril del año pasado fuera permutado por el Ayuntamiento a Revilla por una parcela valorada en 3.283 millones de pesetas.

La Casa de las Américas

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Adquirido como un gran centro cultural, este edificio se convertirá para 1992 en la Casa de las Américas. Sin embargo, la rehabilitación, que tenía que haber comenzado el pasado mes de enero, no se ha iniciado.

La razón parece deberse a los problemas burocráticos existentes como consecuencia de su triple dependencia, en cuanto a la conservación del inmueble -la propiedad es municipal-, del Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad y el Ministerio de Asuntos Exteriores.

La historia de los supuestos fantasmas no ha afectado a los planes municipales, aunque Enrique Villoria, concejal de Obras, manifestó haberse sorprendido al oír las psicoformas.

Ante la supuesta prevención mostrada por los vigilantes del palacio, la agencia Servimedia recogió ayer unas declaraciones de Francisco Peña, gerente de la empresa Heymdallr, según las cuales ninguno de los guardias que patrullan ha puesto reparos para realizar su servicio.

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