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Piden la reapertura en Chile del 'caso Letelier'

Dos investigaciones periodísticas han estrechado el cerco contra los jefes y ex agentes de los aparatos de seguridad de la dictadura, acusados de violaciones a los derechos humanos. El diario La Epoca identificó ayer ala misteriosa Liliana Walker, cuyo nombre real es Luisa Lagos, el último eslabón que faltaba por descubrir de los agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (Dina, la policía secreta de Pinochet), involucrados en el asesinato en Washington, en 1.976, del ex ministro socialista Orlando Letelier y su secretaria Ronnie Moffit. El Gobierno no confirmó ni desmintió a La Época y familiares de Letelier pidieron la reapertura del caso en Chile.

El semanario El Siglo, del partido comunista, publicó el lunes una lista de 900 agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI, sucesora de la Dina), el organigrama de esta policía secreta, e individualizó a algunos agentes comprometidos en crímenes.El Siglo, cuyas informaciones no han sido desmentidas hasta ahora, acusó a un capitán del Ejército, jefe de la división antisubversiva de la CNI, que actuó bajo el nombre de Ramiro Droguiett, de abrir el vientre con un cuchillo curvo a dos personas detenidas en 1987 antes de arrojarlas al mar desde un helicóptero y de matar de 12 balazos al ex dirigente de Izquierda Revolucionaria (MIR) Jícar Negme en 1989.

El ministro del Interior, Enrique Krauss, sostuvo que los antecedentes sobre la, CNI revelados por El Siglo estaban en poder del Gobierno. Respecto a los crímenes dijo también que los datos deben ser entregados a la justicia.

El presidente Patricio Aylwin estudia la creación de una comisión para reunir información sobre las violaciones de Ios derechos humanos durante el régimen militar, sin facultad para sancionar, porque ésta quedará en manos de la justicia ordinaria.

Luisa Lagos, una delgada mujer. rubia de 38 años cuya foto ocupó ayer casi toda la portada de La Epoca, confirmó haber sido enviada a Washington en 1976, junto con el teniente Armando Fernández, en una misión de la Dina.

Ambos viajaron como supuesta pareja, con prohibición de intimar, y mientras ella iba de compras, Fernández vigilaba a Letelier, un ex ministro del Gobierno de Salvador Allende exiliado en Estados Unidos.

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La identificación de Lagos, la detención en Estados Unidos de la persona que entregó los explosivos para el crimen -el cubano anticastrista José Dionisio Suárez- realizada por el FBI la semana pasada, y la investigación que efectúa el Ministerio de Asuntos Exteriores chileno sobre los pasaportes falsificados que -usaron los agentes para viajar a Washington, estrecharon la red contra dos símbolos del terror durante la dictadura: el ex jefe de la Dina, el. general en retiro Manuel Contreras, conocido como el Mamo, y el ex jefe de operaciones de este organismo, el brigadier Pedro Espinosa.

Como la Corte Suprema chilena denegó la extradición de ambos oficiales, pedida por la justicia norteamericana, el caso Letelier sólo podrá reabrirse en Chile. En este marco, el diputado socialista Juan Pablo Letelier, hijo del asesinado ministro, viajó ayer a Washington para recoger más información en relación con la detención del cubano Suárez que ayer iba a ser presentado ante la Corte del Distrito de Columbia -cuya capital es Washington-, la misma que en 1978 acusó a Contreras y Espinosa por el crimen de Letelier. Junto a ellos, fueron acusados del asesinato los agentes Michael Townley y el teniente del ejército Armando Fernández Larios que, tras el cumplimiento de sus condenas, residen en EE UU.

Después del crimen terrorista en Washington, ejecutado mediante una bomba en el coche de Letelier, Lagos se alejó de la Dina. Al conocer su participación en los preparativos del asesinato, sufrió una crisis nerviosa e intentó suicidarse en dos ocasiones.

Agentes de la CNI y personas que dijeron pertenecer a un ministerio la visitaron en dos ocasiones el pasado año. Hace dos semanas recibió una tercera visita. Desde que fueron identificados los involucrados en el doble asesinato, según afirmó La Época, la suerte de la ex agente quedó echada.

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