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CONVULSIÓN EN EL ESTE

El Afganistán interno de Gorbachov

La crisis del Cáucaso amenaza el nuevo modelo de federalismo preparado por el líder soviético

BILL KELLER (NYT) El estancamiento en la República de Azerbaiyán de las tropas enviadas por Moscú para restablecer el orden significaría el Afganistán interno de Mijail Gorbachov y dañaría seriamente su proyecto de articular un federalismo profundo en la Unión Soviética.

Una prolongada estancia militar en esa república podría también provocar fricciones étnicas entre los mandos y filas de las Fuerzas Armadas, desmoralizadas por la impopular guerra de Afganistán, cuyo recuerdo es todavía reciente, estiman analistas políticos.

El sentimiento de desesperanza generado por la actual crisis es tan intenso que clubes políticos no oficiales se han planteado la posibilidad de efectuar un llamamiento a la Organización de las Naciones Unidas para que envíe una fuerza de paz a la región.

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Los azeries no aceptan la autoridad de Moscú y nunca la aceptarán. Esto es nuestro Líbano y la única solución es internacionalizar el conflicto", afirmó un abogado moscovita, perteneciente a uno de los clubes y miembro del partido comunista.

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El escritor Ales Adamovich, miembro del Parlamento Soviético, advirtió, por su parte, que aquellos que quieren demostrar que la política de perestroika (reestructuración) es un error y buscan el regreso a un direccion fuertemente centralizada intentarán sacar provecho de la actual situación. "El envío de tropas fue necesario. Gorbachov no tenía otra opción. De lo contrario, quién sabe como hubieran acabado las cosas?, agregó Adamovich.

Sin embargo, pese a que la intervención militar para evitar una guerra civil entre azeríes y armenios parece haber contado con un importante apoyo interno y la comprensión de los Gobiernos occidentales, observadores políticos estiman que un empantanamiento de las tropas en Azerbaiyán podría deteriorar la popularidad de Mijail Gorbachov y la ya maltrecha economía del país, y amenazar las relaciones de la Unión Soviética con el mundo islámico.

Quizás, el aspecto más inquietante de la ocupación militar de esta república del Caúcaso sea, en opinión de esos analistas, el que su prolongación en el tiempo pueda poner en peligro o complicar los esfuerzos de Gorbachov por aplicar en la Unión Soviética un nuevo sistema federal que satisfaga las demandas autonomistas de las diferentes nacionalidades, uno de los problemas fundamentales del líder soviético.

Por otra parte, se estima en círculos moscovitas que la contención por la fuerza de los nacionalistas azeríes en armas es posible, pero más difícil será neutralizar, sin embargo, las iniciativas del Frente Popular de Azerbaiyán en apoyo de actos de desobediencia civil y huelgas masivas.

Fuentes militares soviéticas consideran que la operación Bakú podría concluir en un plazo relativamente corta No así la presencia militar, que parece estar programada a largo plazo con el propósito de evitar nuevos enfrentamientos y controlar la crisis en tanto se elabora una fórmula política que sea aceptable para las partes.

Cuanto más larga sea la permanencia de las tropas enviadas por Moscú a la convulsionada región, es mayor el peligro de que Gorbachov pueda verse empujado hacia situaciones imprevisibles y de que la opinión pública soviética, todavía sensibilizada por la inutilidad de la guerra afgana, pueda perder la paciencia y se movilice en contra del creador de la perestroika.

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