Homenaje a Ellacuría en la Residencia de Estudiantes
"Ignacio Ellacuría defendió la idea de que todos los hombres son iguales y merecen igual consideración y respeto. Y murió en defensa de esa idea y de la justicia". Así definió el filósofo Diego Gracia al padre Ellacuría, asesinado en El Salvador junto con otros cinco jesuitas, en el homenaje que anoche se le rindió en la Residencia de Estudiantes, organizado también por el Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Fundación Zubiri.En el acto intervinieron Carmen Castro, esposa de Javier Zubiri, de quien Ellacuría fue discípulo predilecto, y los filósofos José Antonio Gimbernat, José Gómez Caffarena, Diego Gracia y José Luis Aranguren, quienes glosaron los aspectos filosóficos, éticos y morales de Ellacuría.
"Ignacio sabía el riesgo que corría y que iba a morir, y también sabía que podía contribuir a llevar la paz a El Salvador", dijo Carmen Castro. Para Diego Gracia la gran contribución de Ellacuría al campo de la filosofía fue la búsqueda de una tercera vía aplicable a la dura realidad latinoamericana.
José Luis Aranguren, por su parte, centró sus palabras de homenaje en el aspecto ético de la vida del jesuita asesinado: "Tomó una posición moral de crítica del sistema establecido y, en general, de la política. Fue un mártir político-moral".
