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La oposición acusa a Lerma de utilizar las instituciones para solventar luchas de partido

La oposición acusó ayer al presidente de la Generalitat valenciana, el socialista Joan Lerma, de utilizar las instituciones para solventar luchas de su partido, algunos de cuyos miembros han interpretado también de esta manera la destitución de Rafael Blasco como conseller de Obras Públicas y Urbanismo, justificada por presuntas irregularidades urbanísticas que, segán fuentes de la Consejería, sí han existido.

Joan Lerma compareció ayer por iniciativa propia ante el pleno de las Cortes valencianas para informar sobre la destitución de Rafael Blasco como conseller. Sin embargo, Lerma no explicó nada nuevo, se limitó a exponer los argumentos que ya utilizó en la conferencia de prensa convocada el miércoles por la noche para anunciar su decisión e insistió en que la destitución pretende salvaguardar la credibilidad de las instituciones y reiteró su creencia en la inocencia de Blasco. "Era una decisión inaplazable y necesaria", dijo, "para que el Consell no genere dudas a los ciudadanos". Lerma agregó que exigirá la dimisión "de todos los responsables políticos de la Consejería".Una denuncia presentada por la directora general de Urbanismo de la Generalitat, Blanca Blanquer, sobre presuntas irregularidades cometidas por dos funcionarios de su departamento, ha sido el detonante de la crisis. Pese a que no menciona a Rafael Blasco, la denuncia ha sido el argumento utilizado para justificar la destitución. La denuncia se refería a la petición de dinero supuestamente realizada por funcionarios de Urbanismo a cambio de la recalificación de suelo en Calpe (Alicante).

Los portavoces de la oposición en el Parlamento autónomo exigieron más infórmación a Lerma, quien dijo carecer de ella. Esto fue utilizado por los diversos grupos para reafirmarse en su opinión de que Lerma ha utilizado las instituciones para resolver una disputa interna del Partido Socialista del País Valenciano (PSPV-PSOE), pues reconoció haber actuado sin pruebas.

Venganza política

Diversas fuentes del partido de los socialistas valencianos calificaron ayer la destitución del conseller Rafael Blasco como producto de una venganza política. Según estas fuentes, que aseguran que se trata todo de una operación cuidadosamente preparada y que no existen pruebas concluyentes que impliquen a Blasco en posibles sobornos, el presidente de la Generalitat y secretario general del PSPV-PSOE habría intentado con esta decisión quitarse de encima al único peso pesado del partido que aún figuraba en su Gobierno, tras la salida, hace unos meses, de Cipriá Ciscar, otro de los hombres fuertes.Estas mismas fuentes de los socialistas valencianos han señalado que Lerma trata únicamente de lograr el control del partido de cara al próximo congreso, debilitando a los sectores del mismo que le han plantado cara en los últimos años. También señalaron que Lerma ya piensa solo en ese congreso y que da por perdida la presidencia de la Generalitat en las próximas elecciones autonómicas. "Las elecciones le tienen sin cuidado", dijo ayer a un militante refiriéndose a Lerma. "Tanto es así", añadió, "que está entregando en bandeja la presidencia de la Generalitat a la oposición".

Las investigaciones iniciadas por el fiscal jefe del Triburtal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, Enrique Beltrán, tras tener conocimiento de la denuncia no parecen haber permitido obtener, por el momento, pruebas concluyentes acerca de la supuesta implicación de Blasco en algún asunto irregular. Sin embargo, fuentes de la Consejería de Obras Públicas han asegurado que Blasco está implicado, aunque añadieron que será muy difícil conseguir pruebas.

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