El candidato del Partido Nacional, favorito en las presidenciales de Uruguay
El candidato del Partido Nacional (Blanco), Luis Alberto Lacalle, abogado de 48 años, era el favorito en las elecciones presidenciales de ayer en Uruguay, al tiempo que las encuestas daban al candidato de la agrupación izquierdista Frente Amplio, el médico Tabaré Vázquez, de 49 años, las mayores posibilidades de conquistar la alcaldía de la capital, Montevideo.
En un día soleado, casi veraniego, más de 2,3 milllones de electores estaban convocados ayer a las urnas para las elecciones generales en Uruguay. Montevideo fue una auténtica fiesta desde la noche del sábado. La principal avenida de la capital, la 18 de Julio, estaba abarrotada de gente. Montevideo perdió su aire aburrido y provinciano.Las calles se convirtieron en una timba colectiva. Como es tradicional, en jornadas electorales, la policía no perseguía los juegos de azar en las calles. Surgieron centenares de ruletas improvisadas y mesas de dados, que permitían a la gente jugarse los cuartos, con la esperanza de mejorar, con apuestas mínimas, sus sueldos o jubilaciones exiguas.
A pesar de que la venta de alcohol estaba prohibida, por la elección, la alegría era desbordante. Desde los tenderetes de los partidos y listas se esforzaban por repartir las últimas papeletas de voto. Contribuyeron a este ambiente festivo miles de uruguayos procedentes de Argentina y Brasil para votar. Llegaron en centenares de autobuses, que quedaron estacionados en la rambla junto al mar, que en realidad es el río de la Plata.
Muchos de los votantes procedentes del extranjero denunciaron, a su llegada a la capital uruguaya, que en la aduana fueron sometidos a toda clase de presiones para retrasar los trámites y sacarles así algunos pesos.
Batlle y Lacalle
La víspera de la elección, los dos favoritos para la elección presidencial -Jorge Batlle, abogado de 62 años, de Partido Colorado y el blanco Lacalle, del Partido Nacional-, se reunieron con la Prensa extranjera. Batlle lo hizo en la sede de su partido, la casa colorada, y Lacalle en sus oficinas de campaña. Los dos candidatos pertenecen a las más rancias familias, Batlle y Herrera, de colorados y blancos, los partidos tradicionales de Uruguay.
Batlle desciende del legendario José Batlle, que a principios de siglo marcó con su legislación progresista las líneas maestras de la política uruguaya y creo el bafllismo, que todos los colorados, incluido el candidato ultradechista Jorge Pacheco, toman como referencia obligada y legitimación política. Luis Batlle, el padre del actual candidato fue también presidente de Uruguay. A pesar de esta herencia, Batlle perdió ya en dos ocasiones, en 1966 y 1971, la carrera por la presidencia.
El favorito Lacalle es bisnieto de un canciller y nieto de Luis Alberto de Herrera, el caudillo tradicional de los blancos, que da nombre a la corriente herrerista del partido. No admite Lacalle que se le encasille como hombre de derecha. El único momento de la reunión con la Prensa extranjera en que Lacalle mostró un rasgo de emoción en sus respuestas fue cuando se definió como "oriental, blanco y herrerista". Afirmó Lacalle que los partidos tradicionales en Uruguay "son verticales y no se definen ideológicamente", y que "hay politólogos que han gastado toda su vida en clasificar al Partido Colorado y al Partido Nacional, y siempre los sorprendimos".
Llama la atención que Batlle, favorito hace medio año, llegara a la elección como posible perdedor y con varios puntos por debajo de Lacalle en las encuestas más solventes. Ante los periodistas, Batlle mostró ser un hombre brillante, inteligente y dotado de una cultura poco común entre los políticos del continente. La impresión más extendida es que Batlle fue incapaz de integrar las fuerzas coloradas y restañar las heridas abiertas por una fuerte elección interna de su partido.
