_
_
_
_
_

Victoria para Damasco

Después de 13 meses con la jefatura del Estado vacante, Líbano tiene un nuevo presidente. ¿Es para alegrarse o para lamentarlo? Más vale esperar, demasiadas ambigüedades pesan todavía sobre el voto de los diputados libaneses, demasiados peligros amenazan todavía al país de los cedros, dividido por los enfrentamientos religiosos y preso de las graves luchas intestinas en el seno de los grupos cristianos.Una cosa es segura, la elección del maronita Rene Muawad no puede sino alegrar a Siria y constituir una victoria suplementaria para Damasco. No porque se le pueda considerar un hombre leal al presidente Assad, sino porque parece ser ante todo un realista. Y, después de 14 años de guerra, el realismo es para muchos libaneses el medio de alcanzar un laborioso retorno de la paz bajo la protección siria (...).

Las tareas que esperan al nuevo presidente libanés son enormes. La primera, de la cual dependen todas las demás, es encontrar un modus vivendi con el general Aoun.

Más allá de las querellas sobre la constitucionalidad del acuerdo de Taif, de la disolución de un Parlamento que prorroga sucesivamente su mandato y de la elección presidencial, es primordial que el nuevo presidente no tenga que abrirse paso en medio de los combates entre los cristianos. (...) Del resultado de esta prueba de fuerza dependerá la formación por el presidente Muawad de un Gobierno de unión nacional. (...)

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

7 de noviembre

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_