Arde Galicia
Vamos de vac:aciones a Galicia. Sí, he leído algo sobre los incendios. Creo qué son provocados, ¿verdad? ¡Menudos desalmados!Ésta podría ser la impresión de cualquier ciudadano clue vea la televisión o lea el periódico en este país. Sin embargo, es, al principio, sentirse engañi.do por los medios de comunicación, y después, indignado por la pasividad de quienes deben poner fin al desastre ecológico lo que produce el enfrentamiento con la realídad de una Galícia que arde por todas partes, excepto por las que ya están quemadas.
Tenemos datos: número de hectáreas, situación geográfica, días y zonas más propicios para la, propagación, etcétera. ¿Pero es que no va a explicar nadie las consecuencias de la degradación forestal? ¿Nad:ie va a informar de que sólo se dispone de (los hidroaviones para cubrir los incendios en todo el territorio gallego? ¿Y por qué no existe una vigilancia eficaz?: tal vez, porque se paga mejor la hora de trabajos de extinción que de vigilancia. ¿Cuándo va a llegar la ansiada investigación que desmantele esa mafia cuyos intereses particulares parecen ser más importantes que los de la mayoría, a juzgar por la consideración de los problemas ecológicos en los programas políticos de nuestros gobernantes?
Desde mi ventana puedo ver el fuego. Lleva dos días así, pero nadie vendrá a apagarlo hasta que un campesino vea su casa amenazada y llame a un teléfono inexistente de Protección Civil (no aparece en las cabinas públicas).-