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Una bomba destroza el segundo diario de Colombia

"No nos van a vencer ni a nosotros ni al país. Ahora más que nunca seguiremos adelante. Si logran callar a un periódico se acaba Colombia", dijo Alfonso Cano, gerente de El Espectador. Con lágrimas en los ojos y con la rabia y el dolor en su rostro, Cano habló con esta periodista minutos después de que una poderosa carga de dinamita causara serios destrozos en las instalaciones del segundo periódico de Colombia. El atentado terrorista ocurrió minutos antes de las siete de la mañana. Un coche bomba accionado por control remoto explotó en una estación de gasolina ubicada 20 metros al sur de El Espectador.

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Dos hombres llegaron hasta allí a las 6.30 horas, aparcairon un coche y anunciaron que pronto regresarían. Minutos después, una fuerte explosión despertó a los habitantes de un amplio sector del occidente de Bogotá. "Yo quedé prácticamente sordo. Salí de la fábrica en la que trabajo y vi, en medio de la humareda, que la gente corría y gritaba. Lo peor fue ver a las personas que trataban de salir de dos autobuses que en ese momento pasaban por la avenida. Hombres y rnujeres se bajaban con la cara ensangrentada", relató un vecino. Se habla de 80 heridos, 15 de ellos de gravedad, y de un muerto, posiblemente uno de los empleados de la estación de gasolina."En la acción utilizaron 55 kilos de explosivos altos", dijo a este periódico un experto de la policía en el lugar de los hechos.

Es tal vez uno de los más graves atentados de los que han ocurrido en los últimos días en Colombia. Los terroristas posiblemente no tenían información sobre la ubicación de los tanques de almacenamiento de gasolina. De haber estallado los 44.000 galones almacenados para abastecer los tres surtidores, la explosión hubiese destruido la sede del periódico, y todas las edificaciones ubicadas a 500 metros a la redonda", concluyó.

Los daños en los edificios del sector son grandes. La estación de gasolina prácticamente quedó arrasada. Una fábrica situada sobre la avenida 68, más conocida como avenida de El Espectador, se ve semidestruida, al igual que el edificio de la Aduana Interior. El Banco Cafetero y un restaurante que ocupaban el pirimer piso de este edificio quedaron completamente desmoronados por dentro. La sede de El Espectador no tiene un solo vidrio y la parte sur de la edificación sufrió graves averías.

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Cuatro víctimas

El Espectador, que es el más antiguo diario de Colombia, con 102 años, recibió en 1988 el premio Ortega y Gasset de Periodismo por parte de PRISA (sociedad editora de EL PAÍS) por las investigaciones sobre el narcotráfico. Actualmente es el segundo periódico en importancia en Colombia. En los últimos tiempos se ha caracterizado por ser el medio que ha librado una batalla frontal contra el narcotráfico.

Cuatro vidas le ha costado a El Espectador esta valiente actitud. Su director, Guillermo Cano, fue asesinado en díciembre de 1986; en marzo de este año, la mafla acribilló a Héctor Giraldo, abogado de¡ periódico y parte civil dentro del proceso por el -asesinato de Guillermo Cano. Con anterioridad habían sido asesinados dos corresponsales. [También ayer, una casa de descanso que la familia Cano tenía en las islas de Rosario, frente a la costa de Cartagena, fue incendiada, informa Efel.

Al mediodía de ayer, en las instalaciones de El Espectador todo era rabia y dolor. Períodistas y empleados se dedicaban a remover los escombros y a mover los kilos y kilos de vidrio prácticamente molidos que quedaron regados por todo el edificío de dos plantas. "Nos hirieron materialmente pero nuestra posición espiritual no la quebraron. Seguiremos con más fuerz,-L nuestra campaña contra el narcotráfico. Mañana saldrá a la ca¡le El Espectador", dijo un directivo de¡ periódico.Asesores norteamericanos

En conferencia de prensa con corresponsales extranjeros, el director de la policía aseguró de nuevo que los grandes capos de la mafia están en Colombia. Pese a los rumores insistentes y al bombardeo de cables internacionales que aseguran que a Colombia han llegado y llegarán asesores norteamericanos, el general Gómez Padilla negó esta versión. "Sigo rechazando esta noticia" dijo.

Y mientras la atención producida por la reactivación del volcán Nevado del Ruiz disminuyó -la alerta en la zona pasó de roja a naranja-, y mientras todo parece indicar que la acción del narcoterrorismo se trasladó deMedellín a Bogotá, el alcalde ¡de aquella ciudad, Juan Gómez, sigue insistiendo en que la única salida que le queda a Colombia es el diálogo. En conferencia (le prensa aseguró que la negociación no implica que deba haber amnistía para las fuerzas que desestabilizan a la democracia colombiana. El alcalde dijo además que para enfrentar el terrorísmo Medellín necesitaría un policía por cada habitante.

El viernes pasado, el ministro de Defensa, general óscar Botero, confirmó a la prensa extranjera el envío de refuerzos militares para esa ciudad. Aseguró quie 100 agentes fueron destinados recientemente a Medellín y que, con anterioridad, se habían enviado 408 policías, 17 oficiales y 30 suboficiales de ese organismo de seguridad.

[Fabio Ochoa Restrepo, padre de tres grandes capos del narcotráfico, hizo ayer un llamamiento al Papa para que persuada al presidente Virgilio Barco de que es necesario iniciar un diálogo, informa Reuter).

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