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La pérdida de fe en la 'perestroika' de Gorbachov aflora en el Soviet Supremo

Pilar Bonet

La pérdida de fe en los intentos de reforma realizados hasta ahora por Mijail Gorbachov afloró ayer en el Soviet. Supremo de la URSS, donde se abordó la crisis creada por las huelgas de mineros y sonaron muchas voces pidiendo adelantar las elecciones en la Administración local. Para hoy está previsto un nuevo llamamiento de Gorbachov a sus conciudadanos.

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La fábula del aparato

Los poderes locales fueron culpados por muchos oradores del deterioro de las condiciones de vida, y el Soviet Supremo, con el apoyo de Gorbachov, puso en marcha un mecanismo de enmienda constitucional que ha de permitir a las repúblicas preparar ya, sin más demora, sus respectivas Leyes electorales.El Congreso de los Diputados, el organismo facultado para aprobar las modificaciones constitucionales, será requerido por correo y teléfono. Esto permitirá poner en marcha el proceso electoral antes de que el Congreso se reuna el próximo otoño. La república de Estonia, cuyas autoridades confian en poder celebrar elecciones locales en octubre, era escenario ayer de una sesión del Soviet Supremo local para aprobar una polémica ley de elecciones que prevé un estricto censo de votantes y candidatos con plazos de residencia obligatorios en la república. Una delegación de mineros de Donbas había llegado especialmente a Moscú para entrevistarse con el primer ministro Nicolai Rizhkov. Los oradores que intervinieron en nombre de las regiones afectadas por los conflictos laborales revelaron que la población en provincias se fía únicamente de Gorbachov y Rizhkov.

El líder soviético abogó por una campaña de rendimiento de cuentas en el partido y los órganos locales y propuso que a partir de octubre la administración soviética comience a actuar de acuerdo con el espíritu de una ley que incrementa las pensiones desde enero. Gorbachov consideró que una parte del dinero para afrontar estos gastos podría encontrarse en los sindicatos y en el fondo de la Paz. Pero, según el ministro de finanzas, Pavlov, el salario mínimo vital solo podrá ser calculado a finales de año e incrementado a principios del próximo plan quinquenal, es decir en 1991. "En Leningrado la gente se muere de hambre y no podemos permitir que en un país que se llama socialista la gente viva con 25 rublos al mes [unas 6.000 pesetas]", dijo el diputado Boncharov.

Opinión de Eltsin

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En contra de la opinión del diputado Golik, de Kernerovo, según el cual la huelga se hubiera podido prever, Boris Eltsin dijo que los sucesos no se podían haber pronosticado y que el aparato decidió tomar su revancha. "La ausencia de confianza" le pareció a Eltsin lo más notorio de la oleada de huelgas. Como receta, propuso quitar los privilegios a los funcionarios locales. Cuando los diputados salen del hotel en dirección al Kremlin, dijo Eltsin, una masa de gente se lanza hacia ellos para contarles sus miserias porque no puede encontrar la justicia en sus propias localidades.

El Soviet Supremo, que concluye sus sesiones el 4 de agosto, se concentrará ahora en la elaboración de un conjunto de leyes económicas a las que, según dijo Gorbachov, se añade la ley de huelga y la ley sobre los sindicatos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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