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ELECCIONES EUROPEAS

La recomposición de la derecha

Francia decide el nuevo diseño de su mapa político

, Las elecciones europeas, que en Francia se celebran el domingo 18, aportarán la pesa que falta para inclinar la balanza en el largo proceso de recomposición de la derecha, convertida en migajas por la reelección hace un año, del presidente François Mitterrand. Por ello, la expectativa principal es el resultado que obtendrá la lista centrista encabezada por Simone Veil, ex presidente del Parlamento Europeo. Los porcentajes que alcancen los ecologistas, tras su irrupción en las municipales, y el Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen influirán también en el diseño del nuevo mapa político.

La oposición del centro-derecha francés presenta dos listas, una que agrupa a la Asamblea para la República (RPR) y a la Unión por la Democracia Francesa (UDF), encabezada por el ex presidente Valéry Giscard d'Es taing, y otra, la del Centro de De mócratas Sociales (CDS), en cuyo primer puesto figura Simone Veil. Todos los analistas coinciden en que, si Simone Veil obtiene un 15% de los votos, el centrismo tendrá un papel relevante en el inevitable realineamiento de la oposición, que empezará al día siguiente de la consulta y para el que se avanzan dos hipó tesis: un gran partido único organizado en corrientes, similar al modelo socialista, o un reagrupa miento en torno al centro triunfante, con una formación, el RPR, descolgada hacia la derecha. El éxito de Simone Veil y del CDS, a los que se unirían los renovadores de la UDF y del RPR, torpedearía la apertura al centro propugnado por el primer ministro, Michel Rocard, y colocaría a la oposición en trance de recuperar al electorado liberal perdido en beneficio de los socialistas. Ésta es la previsión de Jean Louis Bourlanges, militante del RPR y autor del libro Droite, an née zéro, especie de Biblia de la renovación de la derecha. Bourlanges ocupa un lugar en la lista de Veil, que se presenta como "la más europea" y predica una Europa federal. Por el contrario, si Veil se queda en el 10% de los votos, la estrategia de autonomía del centro cosechará un fracaso. En ese caso, el CDS del líder de mocristiano Pierre Méhaignerie y los renovadores del RPR y de la UDF se verían obligados a volver a la derecha clásica o a entregarse a los socialistas a través de la reanimación de la apertura.Sin renovadores

Los renovadores, que lanzaron a primeros de abril un movimiento para modernizar y democratizar los aparatos de la UDF y del RPR y para provocar el recambio de los líderes, no se presentan en ninguna lista a las europeas. Pero algunos, corno el alcalde de Lyón, Michel Noir, han expresado su respaldo a Simone Veil, pese a su presencia formal en el comité de apoyo a Giscard.Esta paradoja se produce asimismo en la candidatura rival. El líder del RPR, Jacques Chirac, ha aceptado encabezar el comité de apoyo al ex presidente de la República, pero el alcalde de París y otros dirigentes neogaullistas confían secretamente en un discreto resultado de Giscard, porque un porcentaje superior al 30% reavivaría sus nunca abandonadas intenciones de optar de nuevo al sillón del Elíseo. Si Giscard, por el contrario, no alcanza esa cifra y queda por detrás del candidato socialista, Laurent Fabius, ex primer ministro y actual presidente de la Asamblea Nacional, Chirac reivindicaría su liderazgo en la derecha y el antecesor de Mitterrand no tendría otra aspiración que exiliarse definitivamente en Estrasburgo.La candidatura de Giscard, secundada por el secretario general del RPR, Alain Juppé, y por el dirigente del Partido Republicano, Frangois Léotard, ha adoptado el eslogan de La unión para expresar que la unidad de toda la derecha sólo puede hacerse en torno a las dos grandes formaciones. Sin embargo, la unidad no goza de buena salud ni siquiera entre sus propias filas. Iniciada ya la campaña electoral, un grupo de 12 diputados del RPR, que se autocalifican de .chiraquianos incorregibles", ha lanzado un manifiesto que rechaza la confederación de la oposición, combate las ideas de los 12 renovadores y reafirma la defensa de la "identidad nacional" y de las ideas del ala dura del RPR representada por el ex ministro del Interior Charles Pasqua.

La candidatura de Giscard aboga por una Europa "liberal y social", frente a la "burocrática y socialista" que, según el ex presidente, representa Fabius. El candidato socialista ha elegido un tipo de campaña "pedagógica", en la que se dedica a exponer el modelo europeo de Mitterrand, con especial referencia a la Europa social y a la unión económica y monetaria. De la mano de su hermano enemigo Rocard -su principal adversario en la carrera para suceder a Mitterrand-, Fabius no ahorra ataques a Margaret Thatcher, con el evidente propósito de asociar las invectivas antieuropeas de la primera mínistra británica a las propuestas de Gíscard, quizá tan liberales, pero sin duda mucho más europeístas. Fabius, a quien los sondeos le conceden un 28%, se ha negado a aceptar un cara a cara con Giscard, que obtiene un porcentaje similar. El candidato socialista exigía un debate a tres, con la inclusión de Simone Veil (entre 12% y 14%.), con el objetivo de influir en la división del voto de centro-derecha.La única incógnita está en la reorganización de la derecha y, sobre todo, en el arrastre electoral del centro, verdadera clave de bóveda de todo el edificio que se pretende reconstruir. Tiempo no faltará porque. Habrá casi cuatro años sin ninguna consulta de carácter general hasta las legislativas de 1993.

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