Ocho muertos en el homenaje póstumo al imam
, Al menos ocho personas murieron y unas 500 resultaron heridas, aplastadas por una multitud de cientos de miles de iraníes llorosos que se congregaron en la explanada de oración de Mosala, al este de Teherán, para rendir su último homenaje al imam Jomeini. El cuerpo del guía de la revolución iraní, vestido de blanco y adornado con su turbante negro fue situado en un ataúd de cristal con aire acondicionado, protegido del sol por un pequeño techo y situado 10 metros sobre el suelo.
Los fieles acudían en centenares de autobuses y miles de coches y muchos de ellos habían caminado largas distancias para estar presentes. Según algunos observadores, la manifestación fue la más numerosa desde los días de la revolución islámica en 1979. El numeroso servicio de guardias de seguridad fue impotente en cierto momento para contener a la multitud, que se abalanzaba sobre el catafalco y ocho personas fueron aplastadas, según la agencia iraní Irna, en medio de un caos de oraciones e imprecaciones.
Unas 500 personas fueron atendidas por heridas y numerosos asistentes se desmayaron por la emoción y la larga espera. Motores especiales lanzaban constantemente chorros de agua a la multitud para ayudarle a soportar los 342 a la sombra. El cuerpo de Jomeini llegó a la explanada a las seis de la mañana de ayer (3.30, hora peninsular española) y va a ser expuesto hasta la mañana de hoy, cuando sea conducido al cementerio de Behest-e Zara (Paraíso de Zara, la hija de Mahoma) para ser incinerado.
"Le habría dado a Jomeini mi corazón y mi alma. Pero todo el mundo tiene que morir. Incluso el profeta Mahoma", dijo Aziza Olyai, una iraní de chador negro que había logrado abrirse paso hasta el ataúd. Las mujeres daban una lenta vuelta en torno al catafalco, tal como se hace en las peregrinaciones a La Meca, mientras muchos hombres se golpeaban la cabeza hasta sangrar, salmodiaban versículos del Corán o lloraban por la muerte de Jorneini.
