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Paralizada una industria navarra por vertidos de cianuro al río Salado

El Gobierno de Navarra ha ordenado la paralización de la empresa Inheres, SA, en la localidad de Cirauqui, como consecuencia de los vertidos de cianuro detectados en las aguas del río Salado, próximo a la localidad. La empresa Inheres, SA, que cuenta con 19 empleados, hizo pública una nota en la que asegura que su actividad, recubrimiento electrolítico de banda y fabricación de herrajes para muebles, no contamina las aguas del río, y añade que existen "razonadas sospechas de que se trata de un sabotaje, al estar la empresa inmersa en un procedimiento de regulación de empleo".

La paralización de la actividad de la factoría tiene carácter cautelar para evitar los riesgos que pudieran derivarse para la salud de las personas y el medio ambiente, ya que las aguas del río Salado son utilizadas por los vecinos para el riego de productos hortofrutícolas. El Departamento de Ordenación del Territorio, Vivienda y Medio Ambiente del Gobierno navarro ha incoado también un expediente sancionador a la empresa, "por las responsabilidades resultantes del incorrecto funcionamiento de las instalaciones de descontaminación". La empresa señaló, tras la paralización de su actividad, que el Gobierno foral no cuenta con informes técnicos que avalen esa aseveración, y responsabilizó a la Administración autónoma "de los daños y perjuicios que se ocasionen", ya que, según señaló, técnicos públicos controlan semanalmente los vertidos que se producen en la misma.El alcalde de Cirauqui, Antonio Ros indicó uue se ha clausurado una de las dos cadenas de baños de la empresa, concretamente la que trabaja con cianuros.

Plazos para la depuradora

Las protestas de vecinos del pueblo por el mal funcionamiento de la depuradora de la empresa se remontan a varios años atrás.El Gobierno de Navarra fijó hace dos años unos plazos a la empresa para reparar la depuradora y ponerla en marcha, plazos que, según el Ayuntamiento, no se han cumplido.

El pasado 14 de mayo se volvió a detectar la contaminación de cianuros, al aparecer numerosos peces muertos. Antonio Ros explica: "Me enseñaron unas lechugas a las 12 horas de haber sido regadas ese día, y estaban completamente nearas".

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