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Entrevista:

Clark: "Es importante que Occidente esté unido"

El ministro de Asuntos Exteriores canadiense negociará en Madrid el contencioso de la pesca

Francisco G. Basterra

ENVIADO ESPECIAL"Es importante que Occidente esté unido", dice Joe Clark, ministro de Asuntos Exteriores canadiense. "¿Joe quién?", como le decían en su efímera etapa, ocho meses, como primer ministro de Canadá en 1979, visita desde hoy oficialmente España. Canadá es una potencia intermedia políticamente -geográficamente, el segundo país mayor del mundo-, pero que, por su peso económico, se sienta en el influyente club de los siete grandes países industrializados. Sólo tenemos un único problema con Canadá, la pesca, que será suscitado por Clark en Madrid. "Trataremos de hallar una solución para resolverlo", afirma el ministro.

Hace unas semanas, la gobernadora de Canadá, Jeanne Sauve -el país todavía está bajo el manto de la monarquía británica y la reina Isabel II es jefa de Estado de Canadá-, denunciaba en el discurso de la Corona, en la apertura del Parlamento, sin citarlos expresamente, a los países "depredadores" de las aguas canadienses. Había que leer España, Francia y Portugal, según explicaron a este periódico en medios gubernamentales.Clark, de 50 años, miembro del gobernante Partido Conservador, recibió a EL PAÍS, antes de viajar a Europa, donde ha participado en la cumbre de la OTAN acompañando al primer ministro, Brian Mulroney, en su luminosa oficina del Ministerio en Ottawa. Explicó que Canadá se siente "absolutamente cómoda con la fórmula de integración en la OTAN escogida por España".

Cree Clark, un ex periodista, que las relaciones con España pueden y deben ser mejoradas. Y que su país y el nuestro "deben estar muy atentos para buscar soluciones al problema de la deuda externa del Tercer Mundo". Su visita oficial tiene una vertiente multilateral, el diálogo entre Canadá y la CE, presidida estos meses por España, y otra bilateral.

A primeros de junio, el ministro de Comercio Exterior, John Crosbie, acompañado por una delegación de empresarios canadienses deseosos de introducirse en Europa por la vía de la península Ibérica, viajará a Madrid, Barcelona y Sevilla. Objetivo: vender tecnología canadiense para los Juegos Olimpicos de 1992 y para la Exposición Universal de Sevilla.

Pregunta. ¿Qué persigue con su visita a España?

Respuesta. La emergencia de la Comunidad Europea sin fronteras de 1992 es un reto para un país como Canadá. Necesitamos situar estas relaciones sobre una base más positi va y más regular. En lo que se refiere a España, ustedes no saben lo suficiente de nosotros, y al revés ocurre lo mismo. Nuestro comercio no es el que debiera ser. Existen áreas en las que podríamos demostrar que tenemos políticas comunes. Los dos países tenemos la oportunidad de expresarlo en nuestra vinculación con el proceso de paz en Centroamérica. [Canadá, España y la República Federal de Alemania proyectan cooperar en la verificación de la paz en Nicaragua.] Se trataría de construir con nuestras relaciones comerciales y cooperación política una relación bilateral más positiva con España. La mayor parte de las noticias entre España y Canadá son positivas. El único problema que es particularmente difícil y requiere especial atención es el de la pesca. Pienso exponerlo en mis conversaciones. Comprendemos que es una competencia de los doce, pero también hay un elemento particular España-Canadá, y es importante para nosotros y también para España. En Canadá se están anunciando cierres de fábricas relacionadas con la pesca que afectan muy negativamente a la economía de las provincias atlánticas, convirtiendo el contencioso en un serio problema de política interior. Los problemas pesqueros pueden convertirse en muy difíciles porque se refieren a industrias muy importantes y tradicionales. Pero trataremos, con España, de encontrar soluciones.

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P. ¿Apoya Canadá a Estados Unidos en su política hacia Panamá, y cómo es posible que ustedes mantengan en lo que se refiere a Centroamérica una política tan marcadamente distinta a la de Washington? [Un Gobierno conservador canadiense mantuvo en los años sesenta, ante la irritación del poderoso vecino del Sur, las relaciones diplomáticas con la Cuba de Castro, y hoy los inversores y turistas canadienses son importantes proveedores de divisas fuertes para Cuba.]

R. La crisis panameña hay que resolverla mediante la diplomacia, y no militarmente. Aceptamos las medidas que hasta ahora ha adoptado Washington. Creo que ha habido un importamte cambio en la aproximación de Estados Unidos hacia Centroamérica y que el acuerdo bipartito entre el Congreso y la Administración de Bush es auténtico. Debe haber una suspensión de los prejuicios hacia Estados Unidos en lo que se refiere a su política centroamericana. Veremos si esta actitud que se evidencia afecta también a Panamá. Las pruebas que he visto me hacen pensar que se ha producido un cambio real en la política norteamericana y en su preocupación por buscar soluciones diplomáticas para la región.

P. Ustedes, al igual que España, continúan ayudando a Nicaragua y no aceptan, como desea Estados Unidos, condicionar políticamente el apoyo económico al régimen izquierdista de Managua. ¿Por qué?

R. Canadá no aplica condiciones a su ayuda al desarrollo, y no cambiaremos esta práctica. Lo que tenemos en Nicaragua no son proyectos políticos, sino de desarrollo. Existe una presión bastante fuerte sobre el Gobierno de Nicaragua ahora para que cumpla sus compromisos democratizadores, y Canadá se lo ha hecho ver.

Relaciones Este-Oeste

P. ¿Cómo ve el actual momento de las relaciones Este-Oeste y el futuro de Gorbachov y su perestroika? ¿Cree que Occidente debe ayudarle? ¿Qué hará Canadá?R. Estamos viendo acontecimientos históricos y cambios importantes en la Unión Soviética. La respuesta occidental requiere al mismo tiempo prudencia e imaginación. No podemos celebrar los cambios hasta que ocurran, pero tampoco debemos minusvalorar la naturaleza histórica y audaz de las reformas. También debemos entender por qué se producen, por qué los soviéticos aceptan que su sistema económico no funciona. Ellos están viniendo hacia nuestro sistema. Puede que estén interesados en aprender acerca de las economías de libre mercado de un país como Canadá. Podemos explorar esta posibilidad, y estimularemos a nuestros hombres de negocios a que se introduzcan en la URSS. El primer ministro, Brian Mulroney, viajará este año a Moscú.

P. ¿Considera satisfactoria la respuesta de la Administración de Bush a las propuestas de Gorbachov, o cree que EE UU actúa con excesiva prudencia?

R. No es demasiado tímida. La URSS, siendo ella misma, fuerte, respeta la posición de fuerza. Es importante que Occidente sea lo más firme y esté lo más unido posible. Esto ha sido siempre, y lo es ahora, un reto para la OTAN. Pero esta combinación de aplaudir las reformas económicas en la URSS y la firmeza en nuestras propias filas creo que funcionará.

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