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Las reformas en la URSS dividen a los países del CAME

, ENVIADO ESPECIAL, El Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME, mercado común del bloque socialista) está a punto de abandonar su objetivo de coordinar e integrar las economías de los países aliados de la URSS ante el rechazo de algunos miembros -especialmente Rumanía- a reformas liberalizadoras similares a las soviéticas. "Quien quiera participar en el proyecto común tendrá que realizar cambios internos" declaró ayer un alto funcionario checoslovaco en Praga, donde concluirá hoy la reunión de primeros ministros del CAME.

Las reformas políticas y económicas en la URSS y algunos de sus aliados han creado dos facciones enfrentadas en el seno de la comunidad económica de países socialistas. Las diferencias entre los reformistas y especialmente Rumanía, el más inmovilista, amenazan la unidad de la Comunidad. Constantin Dascalescu, el primer ministro de Rumanía, insistió en que "no es necesario adoptar medidas precipitadas que ignoren las condiciones reales de los países socialistas y las leyes siempre válidas de la dirección planificada de la economía socialista".La URS S, Hungría, Polonia, Checoslovaquia y Bulgaria están de acuerdo en aplicar las reformas y forzar el ritmo de integración de sus economías. Rumanía, contraria a toda reforma interna, parece ya definitivamente marginada del proyecto común. Alemania Oriental también se resiste a las reformas, si bien se ha unido verbalmente a la iniciativa de integración.

Miroslav Pavel, portavoz del primer ministro checoslovaco, Lubomir Strougal, manifestó ayer que dado el enorme mercado de la URSS y de los partidarios de la integración, no tiene mayor importancia que algún miembro del CAME no se integre en el proyecto de mercado único. "Nadie puede obligar a nadie a nada. El principio básico es el interés de los países por integrarse y por no convertirse en un freno".

Pavel respondía así a una pregunta de EL PAÍS sobre la posibilidad de que, dada la negativa de Rumanía a aplicar cambios internos políticos y económicos, este país no cumpliera los requisitos necesarios para ser miembro del mercado único socialista. Este proyecto y el programa de desarrollo tecnológico conjunto, fueron las cuestiones principales de la segunda jornada de la reunión del CAME que se celebra en la capital checoslovaca. Ésta concluirá hoy con una declaración conjunta.

El primer ministro soviético, NiKolai Rishkov, abrió la reunión con un análisis demoledor de la cooperación en el seno del CAME en los últimos años. "Ha llegado el momento de profundos cambios cualitativos. El grado de intercambio ha caído a niveles inadmisibles. No estamos logrando en absoluto estabilizar el desarrollo de la cooperación científica y en la producción. El programa tecnológico científico tiene una débil influencia en la modernización de nuestras economías".

Según Nikolai Rishkov, no se han resuelto todavía los problemas de la baja calidad de productos, de su baja competitividad y del estancamiento en la estructura del intercambio de bienes.

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El primer ministro checoslovaco, Strougal, llegó a preguntar ayer durante el pleno si los científicos de los países socialistas "son más tontos" que los occidentales, a la vista del desarrollo del programa occidental Eurcka y la práctica nulidad de los resultados del programa científico del CAME. Strougal se respondió a sí mismo señalando que "no, el problema está en el sistema".

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