Marbella
La localidad malagueña de Marbella disfruta de un magnífico clima templado, y esto no hay que considerarlo tan sólo desde el punto de vista meteorológico. Desde hace bastantes años Marbella ofrece su hospitalidad a gente de lo más variopinta: diversos asaltantes de bancos, joyeros buscados por estafa, especuladores de terrenos, traficantes de armas, tramposos en las más variadas artes y pecadores en general.Y es que se vive muy bien en Marbella, sobre todo si se es extranjero. Pese a que, en julio de 1985, casi se produjo un cisma cuando monseñor Buxarrais, obispo de Málaga, tronó desde el púlpito contra determinados exponentes de cierto colectivo de comportamiento payaso que ejerce de élite social. También entró en polémica el alcalde socialista de Marbella, Alfonso Cafías, con la aristocracia local. Las tensiones disminuyeron cuando ambos estrecharon sus relaciones con la jet set.
Pero el atractivo de Marbella para el turismo no decreció. Las fiestas continuaron con mayores detalles de decadencia que nunca. Y es que el undécimo mandamiento que rige la vida marbellí reza: "No deberás permitirte el aburrimiento".
La temporada marbellí se desarrolla entre abril y diciembre y está llena de fiestas. Hay juergas de Cuatro estrellas, que todo aquél que se considere alguien que socialmente no puede perderse, y otras, cuyo éxito depende de que no coincidan con el pase de una buena película en televisión.
7 de mayo
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