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El espectro de un cuarto golpe de Estado en Turquía

El presidente Evren dice que el Ejército intervendrá si se revive la situación caótica previa al año 1980

Ocho años más tarde, por fin la clase política turca ha puesto en cuestión el golpe de Estado militar del 12 de septiembre de 1980 y el papel preponderante del Ejército en la democracia turca, en un debate que tuvo lugar el pasado martes en el Parlamento y que sigue desarrollándose en la opinión pública. El debate fue provocado por una frase muy grave pronunciada por el presidente Kenan Evren, instigador del último golpe de Estado, que ha reavivado los presagios sobre la eventualidad de un nuevo golpe, espada de Damocles que amenaza el porvenir de la democracia en Turquía.

Kenan Evren, haciendo alusión a los crímenes terroristas que causaron 5.000 muertos durante los cuatro años anteriores a 1980, declaró el sábado pasado que el Ejército intervendrá "si el país revive una situación caótica parecida a la de los años anteriores a 1980". Esta declaración ha servido para desbordar el vaso de la paciencia, y, por primera vez desde la vuelta del país a un régimen civil en 1983, Evren ha sido criticado severamente por la oposición."Ningún poder puede cerrar las puertas del Parlamento turco", dijo el martes en la Cámara Erdal Inonu, líder del Partido Pupulista Social Demócrata (PPSD), principal formación de la oposición de izquierda. Inonu acusó a Evren de querer llevar al país a "una crisis política grave"; recordó que el Ejército no es una institución por encima del Parlamento", y que "todo tipo de crisis debe ser resuelto en el marco de las instituciones democráticas". "O bien el señor Evren rectifica lo que ha dicho, o bien él no podrá seguir a la cabeza del país en tanto que presidente de la República", afirmó Inonu.

Un general vestido de civil

Suleiman Demirel, ex primer ministro y líder de la formación de la derecha tradicional Partido de la Justa Vía, acusó a Evren de haber violado la Constitución precisando que esta violación podría causar "la parálisis del Estado". Demirel también criticó a Evren por no haber sabido controlar el terrorismo ni haber mantenido la seguridad de los ciudadanos cuando era jefe del Estado Mayor y responsable del estado de sitio antes del golpe de Estado militar. "Evren habla como líder del régimen militar del 12 de septiembre y olvida que es el presidente civil de la República en un régimen democrático", añadió Demirel.El general Evren -un militar vestido de civil-, actual presidente de la República, fue elegido en un referéndum-plebiscito en 1982, en el que también se votó la nueva Constitución.

Este debate tiene como objetivo consolidar de una manera duradera la democracia turca, que ha conocido tres interrupciones por otros tantos golpes de Estado militares en 1960, 1971 y 1980, y también pacificar al Ejército turco, que se ha convertido en especialista en intervenciones militares. Las acciones de este Ejército son un tanto paradójicas: cuando interviene para poner fin a la democracia es para "salvar a la democracia", y cuando hace la guerra lo llama "operación de paz", como en el caso de la invasión de Chipre en 1974.

La clase política turca trata de delimitar la influencia del Ejército, una institución "por encima de toda sospecha", que juega un papel de "Estado dentro del Estado", y que justifica su intervención en los asuntos del país haciendo una interpretación errónea de la Constitución y del reglamento de servicio interno de las fuerzas armadas, que le confia la misión de "defender y proteger la República contra los peligros". De hecho, la misión esencial del Ejército turco es la de defender el país "contra el enemigo interior".

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Las tomas de postura del primer ministro conservador, Turgut Ozal, que defendió el martes delante de sus diputados el régimen del 12 de septiembre y la toma de posición del general Evren, han sido bastante contradictorias desde que se inició el régimen civil en 1983. Ozal, cuyo Gobierno pasa en este momento por graves dificultades políticas y económicas, y que se ha convertido, a tan sólo cinco meses de haber ganado las elecciones en el Gobierno civil más impopular, ha hecho causa común con el presidente Evren.

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