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Negada la escolaridad a 30 niños de familias de gitanos portugueses en Ripollet

Una treintena de niños de familias de gitanos portugueses instalados en Ripollet (Barcelona) espera a ser escolarizada después de haber visto denegada su petición de ingreso con el argumento del carácter ilegal de su residencia en España. Según fuentes próximas a la Generalitat de Cataluña, que desarrolla un programa compensatorio para marginados, los niños fueron preinscritos en abril, pero la comisión de matriculación no dio su visto bueno para que entrasen en las escuelas de Ripollet, un municipio del cinturón industrial de Barcelona.

Otros 50 niños de las 200 familias gitanas asentadas en las laderas del Riu Sec sí que fueron aceptados en los colegios del vecino municipio de Cerdanyola. "No es un caso de racismo, que aquí afortunadamente no existe, como lo demuestra que haya 15 niños gitanos integrados en nuestras escuelas", aseguró a este diario Carles Ferrer, alcalde comunista de Ripollet. "Lo que queremos es que, antes de matricularlos, la Generalitat y el gobierno civil den una solución a la situación infrahumana en que viven estas familias de gitanos portugueses". Ferrer asegura que esta solución, que no quiere detallar, es inminente y concluye que "la integración de los gitanos no es un tema educativo, sino social, económico y sanitario". Ferrer recuerda también que las familias gitanas no están empadronadas en Ripollet, y advierte que si no hay una solución inmediata para ellas "puede ocurrir cualquier desgracia cuando lleguen las lluvias".La reiterada negativa a escolarizar a esos 30 niños fue una de las causas aducidas por Teresa Codina para dimitir como responsable del programa de educación compensatoria para marginados, creado por la Generalitat hace cuatro años. Una treintena de profesores realiza en el marco de ese programa una tarea de seguimiento y refuerzo a los niños de raza gitana en las escuelas catalanas, habiendo conseguido, por ejemplo, la integración de 500 niños gitanos en 57 escuelas de Barcelona.

"Aún existen focos de racismo larvado, provocados también porque la Administración no pone los medios necesarios, materiales y humanos a disposición de las escuelas para que la integración sea real", critica Neus García, profesora del programa de la Generalitat y miembro de CC OO de enseñanza. Para ella, el absentismo es aún demasiado elevado entre los niños gitanos, sobre todo al llegar al ciclo superior de EGB. Neus cree que el grado de integración de los niños gitanos entre sus compañeros es elevado, "excepto en casos muy concretos, cuando un niño aparece muy sucio o con piojos; normalmente, los niños no hacen distingos. Si hay racismo, viene de sus padres".

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