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La retirada cubana ya no es tabú en Angola

El cansancio de más de dos décadas de guerra ha contribuido a flexibilizar la actitud de Luanda

El cansancio de más de dos décadas de guerra es evidente en Angola. La conciencia de que la población no puede soportar por mucho más tiempo las condiciones de sufrimiento y escasez provocadas por la larga lucha, primero por la independencia frente a los portugueses y luego contra los rebeldes de la Unión Nacinal ara la Indepedencia Total de Angola (UNITA), respaldados por Suráfrica, es seguramente la verdadera base del cambio que el presidente Joaquim dos Santos parece querer imprimir a su política. La retirada del contingente cubano, exigida por Suráfrica para negociar la independencia del vecino territorio de Namibia, por ejemplo, ha dejado de ser un tema tabú para el régimen angoleño.

En Kuito, capital de la provincia del Bié, en el centro de Angola, vimos pasar en dirección sur una enorme columna blindada con cerca de 200 vehículos: tanques, artillería pesada y transportes de tropas. Pregunté si se dirigían hacía la vecina provincia de Huambo, porque en Luanda circulaban rumores de una gran operación de limpieza en esta región contra UNITA. El guía, en tono confidencial, respondió: "No, van mucho más al sur, a Kuando Kubango"Intenté entonces averiguar si se trataba de la famosa gran ofensiva angoleño-cubana contra el cuartel general del líder de la guerrilla, Jonas Savimbi, en Jamba. Mi interlocutor levantó los hombros: "Sería inútil. Cada vez que lo intentamos los surafricanos intervienen. Lo único que conseguimos es obligar a UNITA a cambiar de táctica, a dispersarse, a desplazarse permanentemente. Los objetivos militares apenas son atacados, es la población civil la que los sufre angustiosamente".

El objetivo prioritario ya no es aplastar militarmente a las guerrillas, sino garantizar un mínimo de seguridad física y material a la población y, sobre todo, a los campesinos. Relanzar la agricultura familiar tradicional para el auto abastecimiento de las zonas rurales de manera que se frene el éxodo desordenado hacia las ciudades. La falta de transportes terrestres, la negligencia administrativa, las acciones de la guerrilla y la caída brutal del precio del petróleo, que obligó a Angola a restringir dramáticamente sus importaciones de alimentos, han sumido al país en una auténtica hambruna que afecta a todos los sectores de la vida de los angoleños y mina la moral de las tropas. En todos los campos de refugiados tanto de zonas controladas por la guerrilla como por las fuerzas gubernamentales, las reivindicaciones son siempre las mismas: "Poder cultivar la tierra en paz para poder comer y no ser robados por soldados hambrientos de uno u otro bando., y acabar con las minas colocadas en los caminos que mujeres y niños utilizan para ir al mercado'.

El cansancio de más de dos décadas de guerra, si afecta más espectacularmente al aparato del Estado, no deja de afectar también a UNITA, ya que no hay guerrilla que pueda resistir mucho tiempo en el desierto en que se está convirtiendo progresivamente el interior de Angola.

Autodefensa

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En los dos últimos años, el Gobierno de Luanda se ha esforzado en poner en marcha un sistema de autodefensa, concediendo prioridad a la protección territorial mediante fuerzas constituidas por voluntarios que acabaron el servicio militar y que reciben un salario por auxiliar a las unidades regulares en sus zonas de origen, resultan mucho más baratas en armamento y alimentación y parecen tener razones objetivas para mostrar más empeño combativo que las fuerzas regulares ya que en realidad están defendiendo a sus familias y a sus pueblos.

Su acción ha contribuido a crear islas de relativa seguridad que proliferan ya a todo lo largo y ancho del territorio angoleño. Sin embargo, si las autoridades de Luanda no se liberan rápidamente de su actual dependencia del transporte aéreo, que constituye el único medio de comunicación totalmente seguro entre el litoral y el interior, este precario equilibrio puede verse comprometido. En los medios diplomáticos occidentales de la capital nadie parece dudar de la determinación del presidente Dos Santos de pagar el precio necesario para conseguir la paz, pero las opiniones divergen acerca de las verdaderas intenciones de Moscú y de Washington.

Según éstos, la última propuesta de Luanda sobre la pacificación de la zona, la salida de las tropas extranjeras de la región y la resolución del problema de Namibia, calificada de "flexible", refleja que el realismo gorbachoviano empieza a manifestarse también en la África austral.

Es la primera vez, al menos públicamente, que Luanda ha indicado que la presencia de tropas cubanas al sur del paralelo 13 de su territorio es un obstáculo para la solución del problema namibiano y propone su retirada al norte como base de negociación para la puesta en ejecución de la resolución 435 del Consejo de Seguridad de ONU sobre la independencia de Namibia.

El cambio en la actitud de Angola ha llevado al secretario de Estado adjunto para África, Chester Crocker, a entrevistarse repetidamente con Dos Santos. El último encuentro, el pasado miércoles, tuvo por objetivo "precisar [a los norteamericanos] ciertos aspectos del acuerdo global que Angola ha propuesto", según ha explicado el ministro angoleño de Exteriores, Alfonso Van-Dunem, M'Binda.

En este mismo marco se encuadran las visitas que el presidente angoleño realizará a París, Bruselas y Lisboa en la segunda quincena de septiembre, cuyo objetivo fundamental es convencer a los Gobiernos europeos de que la pelota está ahora en el campo occidental.

Luanda sigue considerando que la presencia de los "internacionalistas cubanos es un asunto bilateral que interesa exclusivamente a Angola y Cuba, y que no puede ser objeto de negociaciones en esta fase", aunque ya propuso en 1984 una retirada progresiva, en tres años, de los 25.000 soldados caribeños.

Pero el repliegue de los cubanos es algo más que una mera propuesta en el aire. A pesar del cuidado puesto por las autoridades angoleñas en impedir que los periodistas tuviésemos conocimiento de cualquier. "secreto militar", los hechos observados durante una estancia de cerca de un mes en Angola parecen indicar que la retirada ha comenzado.

Guarnición de Cahama

-Así, después de dejar Matala, en el sur de la provincia de Huila, donde está estacionada una brigada blindada cubana, y viajar durante tres días en jeep hacia el sur, hasta unos 80 kilómetros de la frontera namibiana, no volvimos a encontrar militares cubanos. La guarnición de la importante posición fortificada de Cahama es angoleña, y también está formada de tropas nacionales la. fuerte unidad motorizada, con misiles, cuyo perímetro defensivo cruzamos para dirigirnos hacia. Xangongo y Ondjiva.

El cansancio y el hambre han hecho que Angola haya dejado de considerar como asunto tabú la salida de las tropas cubanas, que, temida por años, es ahora considerada posible y tal vez necesaria.

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