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Benyedid presenta a Burguiba una propuesta de reconciliación con Libia

El presidente argelino, Chadli Benyedid, realizó ayer una breve visita a la localidad tunecina de Monastir para presentar a su homólogo de ese país, Habib Burguiba, una propuesta del líder libio, Muammar el Gaddafi, para normalizar sus relaciones con Túnez. La delegación argelina incluyó al número dos del régimen, Cherif Messadia; al primer ministro, Abdelhamid Brahimi; al ministro del Interior, Hadi Jediri, y al director del gabinete, Larbi Beljeir.

Por parte de Túnez intervinieron en las conversaciones, además del combatiente supremo Habib Burguiba, el primer ministro, Razhid Sfar, y varios ministros. La agencia de Prensa oficial argelina informó que, durante su estancia en Monastir, los presidentes Benyedid y Burguiba mantuvieron varias sesiones de trabajo, en las que trataron en profundidad las cuestiones de carácter bilateral y los "últimos acontecimientos" ocurridos en la región del Magreb. Esta fórmula oculta en realidad el contenido más delicado de la visita de Chadli Benyedid, relacionado con la gran, operación que están llevando a cabo los dirigentes argelinos para reconciliar a Burguiba con el coronel Gaddafi.Lo que busca Argelia, para satisfacer el honor propio de estos dos dirigentes, es que Libia indemnice a Túnez por los daños causados con rnotivo de la expulsión de decenas de miles de trabajadores tunecinos de la Yamahirla en 1985, y convencer a Burguiba de que, bajo la batuta argelina, pueden restablecerse las relaciones con Libia, con menos problemas que los que ocasionó la fracasada unión libio-tunecina de Yerba.

Argelia busca otros objetivos a través de esta visita: demostrar con pruebas en la mano que el tratado de fraternidad y concordia establecido entre Argelia, Túnez y Mauritania no es un simple papel mojado.

Por otro lado, ante la insistencia y proverbial premura del coronel Gaddafi por establecer uniones de carácter político, Argelia se considera obligada a satisfacer el apetito del dirigente libio no con un sacrosanto tratado de fusión política, que sería la repetición del de Uxda, con Marruecos, calificado en Argelia de coyuntural y mal avenido, sino por medio de una adhesión de Trípoli al tratado de fraternidad.

Para demostrar su buena disposición a las sugerencias argelinas, Muammar el Gaddafi ya ha reembolsado a Túnez una parte de lo que debe al país vecino, a título de indemnización a los trabajadores expulsados en 1985.

1 La respuesta dada por Burguiba al paquete de medidas que presentó ayer Chadli Benyedid en Monastir será la clave de los próximos acontecimientos políticos en la región del Magreb, que, al decir de los medios diplomáticos árabes en esta capital, prometen ser densos y significativos, y que tienen un gran eco en la capital de Marruecos, país que podría quedar todavía más aislado diplomáticamente en esta región si se confirma la adhesión de Libia al tratado de fraternidad.

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