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Anthony Caro, asegura que lo mejor de la escultura británica está fuera del mercado

Expone 18 obras recientes en la galería Soledad Lorenzo

El escultor británico Anthony Caro, de 63 años, considerado como uno de los creadores plásticos más importantes del siglo, inauguró ayer en la galería Soledad Lorenzo, de Madrid, una exposición con 18 obras realizadas entre 1973 y 1985 que permanecerá expuesta hasta el 26 de abril. Caro, que considera que su papel en la escultura moderna y su alta cotización artística son temas ajenos al arte, rechaza la existencia de un movimiento escultórico británico fuerte, "porque lo mejor está fuera del mercado".

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El escultor británico Anthony Caro ha venido a. Madrid para seguir personalmente la colocación de sus obras en la galería madrileña en la que se exponen sus piezas. La luz y el espacio del que disfrute cada una de sus obras es de vital importancia para este artista, que al final se muestra encantado con el resultado,

Maestro de la escultura no figurativa y considerado uno de los artistas clave de la plástica contemporánea, este antiguo discípulo de Henry Moore rechaza la existencia de un buen momento colectivo de la escultura británica, "porque puede haber mucho de moda y ocurrir que lo mejor esté fuera del mercado", y añade que a veces es difícil distinguir cuándo una obra es producto del talento desu creador o de la inteligencia mercantil del artista.

Las piezas para esta exposición han sido realizadas en acero, bronce o madera, si bien Caro reconoce que su material predilecto es el acero por la simple razón de que es el más fácil de manejar. No obstante, Caro pertenece al grupo de artistas que no suelen trabajar directamente sus obras, sino que toman las decisiones sobre las mismas y el trabajo manual es realizado por otros. En su caso, cuenta con un ayudante soldador desde hace 16 años y un grupo de jóvenes para la realización de la pieza. "Yo soy muy vago", explica Caro, "y lo que me gusta es tomar decisiones, pero nunca estuve interesado ni he disfrutado con el trabajo de soldar o fundir".

Otro de los aspectos ligados a la escultura que tampoco satisface a Caro es la función ornamental que a veces se le da a esta actividad artística.

Contra el adorno

"La escultura no es sólo un arte decorativo para adornar plazas y calles, tal como entienden muchos". Tal vez por eso Caro no se muestra nada interesado en la expresión figurativa en la que trabajara en sus comienzos y que recientemente trató de forma esporádica y circunstancial. "Lo que yo rechazo es la lectura textual de una obra. Creo que el auténtico placer de una pieza debe estar en la mirada del mundo escultórico".

En la obra de Caro, los críticos han destacado el aspecto pictórico de sus esculturas, obra sobre la que durante bastante tiempo utilizó el color. "Ya no utilizo los colores. Eso corresponde a una etapa ya pasada. Respecte, al aspecto pictórico de mi obra, ocurre que es dificil enjuiciar unos resultados". De todas formas, Caro afirma que nunca ha realizado ninguna incursión en el mundo de la pintura o del dibujo, ni siquiera con los trabajos preparatorios de su obra.

Anthony Caro considera que el intercambio y contacto entre los artistas es muy importante para la obra de éstos. Por eso creó, con Robert Loden, el Triangle en 1982, un experimento por el que anualmente y durante dos semanas 30 artistas de diferentes partes del mundo (10 escultores y, 20 pintores) se reúnen en una ciudad -est año el encuentro se realizará en Barcelona a partir del 15 de mayo- para trabajar e intercambiar experiencias, "porque no hay nada peor para el artista que el aislamiento".

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