Batalla en los hospitales
Su editorial sobre el conflicto médico era, en algunos puntos, francamente tendencioso e incluso vulgar. Mezclaba tópicos, como el de "los cientos de miles de pacientes que sufren las consecuencias de las huelgas" provocadas por "el sector -más corporativista de la clase médica que aprovecha el revuelo para intentar afianzar sus privilegios". Para completar el melodrama incluso nos recordaba al final el respeto que debemos al juramento hipocrático.La clase médica siente profundamente el auténtico drama en que está sumergida la sanidad pública española y no debe dudarse de la autenticidad de los motivos de su protesta, desvirtuándola con intereses personales que es posible existan, como existen de hecho en todo colectivo, pero constituyen una minoría.
La reforma hospitalaria adecuada debe conseguir dos objetivos básicos: utilización al máximo, 24 horas diarias, de nuestros costosísimos hospitales, y que su uso sea lo más económico posible pero sin que la calidad asistencial disminuya ni se lesionen los intereses legítimos del personal sanitario.
Que no se minimice la cuestión. Que nuestra legítima protesta debe contemplarse como un intento de avance y perfección, y no como un aferrarse a cómodos privilegios.
Desde un tiempo a esta parte, nos sentimos acosados por los medios de comunicación. Dennos un respiro. Concédanos, por -lo menos, el privilegio de la duda.- Jefe clínico de Urología de la Clínica Infantil
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