El imposible desarme centroamericano

La nueva versión del Acta de Paz de Contadora, presentada el pasado sábado en Panamá a los cancilleres de los países del istmo centroamericano, refuerza el concepto de "balance razonable de fuerzas", prevé la creación de una "tabla de factorización" para evaluar los armamentos y mantiene el criterio de proscribir las maniobras internacionales después de que se haya alcanzado el límite máximo de armamento.El diario mexicano Excelsior publicó el lunes la nueva versión íntegra del Acta de Contadora, que recibieron el sábado en. Panamá los cancilleres de Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica y Nicaragua. Esta versión define, en el punto 19 de su anexo, el "balance razonable de fuerzas" como "el equilibrio resultante del cómputo de las fuerzas militares de los Estados entre sí en función de sus propias necesidades para preservar su soberanía, independencia política, seguridad e integridad territorial".

Para establecer los límites de armamento, el Acta dice que las partes deberán acordar una "tabla de factorización" que deberá tener en cuenta una serie de criterios: necesidades de seguridad de cada Estado centroamericano, extensión y población, características de las fronteras, gasto militar en relación con el producto interior bruto, presupuestos militares, tecnología y efectivos militares y presencia de asesores militares extranjeros.

En la sección relativa a "compromisos en materia de armamentos y efectivos militares" se establece "no permitir el tránsito, estacionamiento, movilización y cualquier otra forma de utilización de sus territorios por parte de fuerzas armadas extranjeras cuyas acciones puedan significar una amenaza para la independencia, la soberanía y la integridad territorial de cualquier Estado".

Maniobras internacionales

Uno de los puntos debatidos últimamente, y sobre el que no se había logrado acuerdo, era el de las maniobras militares internacionales. La nueva versión del Acta establece su suspensión durante 90 días desde la entrada en vigor del compromiso. Si después de estos tres meses no hubiese acuerdo para prolongar la suspensión, se establece una serie de limitaciones para su celebración: notificación con 30 días de antelación, relación detallada de las fuerzas que participan -que no deberá ser superior a 3.000 hombres-, hacerlas una vez al año, con una duración inferior a 15 días, y prohibición de aproximarse a una fran a de 50 kilómetros de las fronteras de un Estado que no esté de acuerdo. Asimismo, habrá que invitar a observadores. Las maniobras internacionales que impliquen la participación de Estados de fuera de la región centroamericana quedarán proscritas cuando hayan sido alcanzados los límites máximos de armamentos y efectivos militares.

La complejidad de la cuestión del desarme y contabilización de armamentos puede llevar a una larguísirna discusión entre los paí ses del área, que ahora tienen que dar una respuesta a la propuesta del Grupo de Contadora (México Venezuela, Panamá y Colombia) y del Grupo de Apoyo (Perú, Argentina, Brasil y Uruguay), que consideran "definitiva" la nueva versión del Acta.

El canciller de Costa Rica, Rodrigo Madrigal, anuncié que los mecanismos de verificación y control previstos en el Acta de Contadora tendrán que ser aplicados a la parte política del documento, es decir, al cumplinúento de los principios democráticos que establece. Entre ellos, el Acta de Contadora dice que "en aquellos casos donde se han producido profundas divisiones dentro de la sociedad [habrá que] promover urgentemente acciones de reconciliación nacional que permitan la participación popular, con garantía plena, en auténticos procesos políticos de carácter democrático."

Como signo de mal agüero llegó a Panamá, casi simultáneamente con la reunión, la información del inicio de maniobras militares norteamericanas en Honduras, a pocos kilómetros de la frontera con Nicaragua.