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Un 'barón' del gaullismo

Soledad Gallego-Díaz

Jacques Chaban-Delmas es un clásico de la política francesa, un hombre que desde que se unió al general De Gaulle, con 20 y pocos años, no se ha bajado prácticamente de un coche oficial. Ésta será la tercera vez que presidirá la Asamblea Nacional, después de haber sido en varias ocasiones ministro e incluso primer ministro.

Hasta hace pocas semanas, Chaban-Delmas era uno de los candidatos posibles como primer jefe de Gobierno de la cohabitación. A su favor jugaban sus especiales relaciones con el presidente de la República, François Mitterrand.

Los resultados de las elecciones y la decidida voluntad de Jacques Chirac de ocupar el palacio de Matignon descartaron a Chaban, pero el veterano político dejó claro que consideraba como propia la presidencia de la Cámara. Chirac, que ya le traicionó una vez, en 1974, apoyando a Valéry Giscard D'Estaing como presidente de la República, optó en esta ocasión por enterrar el hacha de la guerra y mantener la paz en sus filas.

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"Se equivocan quienes creen que Chaban-Delmas hará la vida más fácil a Mitterrand", aseguran los portavoces de su partido, el RPR (Asamblea para la República). El presidente de la Asamblea es un barón del gaullismo, un hombre que afirma sentir horror por el compromiso como fórmula política y que ha anunciado ya cuál será su línea de conducta: "el presidente preside, el Gobierno gobierna. Ésa es la Constitución, ésa es la ley. Desgraciado el que provoque la crisis institucional".

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