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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Antonio Gala y su 'Soldadito español'

Admirado escritor: como siempre que veo su firma, merecidamente prestigiosa, en una publicación, no resisto la tentación de sumergirme ávidamente en su lectura pues la elegancia de su prosa, la forma de glosar los temas que aborda y el ingenio que siempre envuelve su brillante literatura me llevan a ello de forma irresistible.Con este espíritu acometí el pasado domingo la lectura de su artículo en EL PAIS titulado Soldadito español, y he de decirle que al finalizarlo fui presa de una gran decepción. "Éste no es mi Gala, que me lo han cambiado".

Usted puede ser pacifista, antimilitarista, antiotanista, antiamericanista, o lo que quiera. Tiene derecho a ello. Pero ¿es posible que un escritor de su talla acuda al fácil recurso de jugar con un nombre y unos apellidos que no me pertenecen exclusivamente a mí, con lo que puede ofender a otras personas que nada tienen que ver con sus opiniones y actitudes ni con las mías?

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¿Es posible que un hombre que exhibe la máxima elegancia de nuestro idioma en sus intervenciones orales o escritas en los medios de comunicación descienda a los más bajos niveles de ineducación y olvide las más elementales normas de convivencia insultando pública, indiscriminadamente, y de forma generalizada a los suboficiales del Ejército a los que llama "imbéciles" y a los oficiales, de los que dice que "no lo son menos"? ¿Es posible que califique de "la mayor idiotez que se ha escrito jamás" a una copla popular que de forma sencilla y pura rinde homenaje a nuestros soldados? Es una violencia dialéctica que no concuerda con su proclamado pacifismo.

No tengo costumbre de entrar en polémica cuando me encuentro personalmente como objeto de ella. Pero, señor Gala, mis subordinados son oficiales, suboficiales y soldados que en muchísimas ocasiones dan evidentes muestras de educación, respeto por los demás, tolerancia y ejemplar convivencia, y no puedo en esta ocasión dejar de decirle a usted que con su desconsiderada actitud, con su ligereza en el decir, se descalifica usted mismo. De alguna manera he sido ocasión para que usted se "desmelene" y pierda su compostura, y me siento obligado a dar la cara por mis estupendos subordinados. Por otra parte, está claro que usted no conoce el texto de mi intervención en el Seminario de Investigación por la Paz en Zaragoza. De otra manera no caería usted en la absoluta falta de rigor en sus afirmaciones. Por ejemplo, en ningún momento manifesté mi opinión personal sobre la entrada en la OTAN y mucho menos me referí a la postura gubernamental sobre el tema; incluso eludí la pregunta de un periodista sobre el referéndum por tratarse de un tema estrictamente político. En fin, señor Gala, que, como se dice vulgarmente, "no ha dado usted ni una".

No quiero entrar en otras múltiples afirmaciones sorprendentes que usted hace. Ello corresponde, en su caso, a otras instancias pues no se refieren personalmente a mí o no he sido ocasión para ellas.

Finalmente, ¿no se ha dado usted cuenta, señor Gala, que el desafortunado juego de palabras que hace con mi nombre y apellidos puede servir para aplicárselo usted mismo? En espera de poder seguir leyéndole sin experimentar nuevas decepciones y deseándole mejor fortuna en sus próximos artículos, le saluda.-

General director de la Academia General Militar.

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