La hiperinflacion amenaza con destruir el tejido social de varios países de América Latina

El endeudamiento exterior latinoamericano (más de 360.000 millones de dólares, alrededor de 63 billones de pesetas) ha tenido un efecto anestésico. Su creciente evolución ha puesto en muy segundo término otros problemas de las poblaciones de América Latina. El principal de estos problemas, la inflación, está Nevando a las capas sociales más desfavorecidas al empobrecimiento.

El reconocimiento de la inflación como otro frente de lucha contra la crisis fue puesto en el tapete de la mesa redonda que la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) está celebrando en Santiago de Chile. El enloquecimiento generalizado de los Gobiernos para atajar su crisis económica exterior ha dejado muchas veces en segundo término los problemas internos de las naciones.La llamada inflación latinoamericana (crecimiento de los precios de dos o tres dígitos anualmente) forma ya casi parte de la cultura económica de nuestro tiempo.

Sin embargo, el fenómeno ha crecido en intesidad y amenaza con disolver como un azucarillo la estructura social de algunos países de América Latina. "En los años sesenta había un solo país latinoamericano con más del 50% de inflación", recordaba un economista. "Hoy son siete con los precios anuales creciendo a un porcentaje superior al 50%, y hay tres países por encima del 100% y alguno por encima del 500% y hasta del 1.000%. La inflación promedio en la región es de un 160% anual".

Más datos: en 1984 la tasa media simple de aumento de los precios al consumidor alcanzó un máximo histórico de casi un 70% y la tasa media ponderada por la población ascendió también al nivel sin precedentes de un 184%, según datos de las Naciones Unidas.

"Es muy difícil para un europeo entender esta realidad", afirma un técnico peruano que pronto asumirá tareas de gobierno en su país, "pero es una realidad. Es la realidad". Los precios al consumidor casi se sextuplicaron en Bolivia en el transcurso del primer trimestre. En el mismo período aumentaron un 90% en Argentina, 40% en Brasil y 357. en Perú.

Una inflación distinta

La inflación durante los últimos 12 meses en estos países registró magnitudes increíbles: Bolivia, 8.200%; Argentina, 850%.; Brasil, 225%.; y Perú, 130%. Además, el ritmo anual de la inflación continuó oscilando alrededor de un 65% en Uruguay, tendió a estabilizarse en el 60% en México y aumentó en Colombia y Chile.

Sin embargo, la generalización de la hiperinflación en muchos países no es el fenómeno de siempre. "Nosotros conocimos la inflación de los años cincuenta, vinculada a los cambios estructurales de la industrialización. Conocimos la inflación importada de los años setenta. Pero la inflación actual es mucho más compleja".

Según Enrique Iglesias, ministro de Asuntos Exteriores uruguayo, la hiperinflación actual está ligada a los problemas de la acumulación y servicio de la deuda como componente fuerte de las cuentas fiscales; a la incapacidad de aplicar el impacto inflacionario para hacer frente a la deuda; y a fenómenos como la indexación de la economía aplicada a todos los niveles. Todos los expertos consultados coincidieron en la misma fórmula expuesta por los padres de la CEPAL, Raúl Prebisch y Enrique Iglesias. Para frenar las consecuencias del fenómeno inflacionista es necesario un pacto social entre empresarios y trabajadores, sin que sea ajeno el Estado. Si no ocurre así, las tensiones a favor de la redistribución generarán un estallido social de consecuencias imprevisibles. La hiperinflación acelera la extrema riqueza y la extrema pobreza.