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Hoy, día decisivo en las negociaciones para el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea

Andrés Ortega

La maratón negociadora entre España y la CEE está desbordando el plazo previsto. Debía haber acabado ayer, pero proseguirá hoy. Todo apunta a que hoy será el día decisivo para las aspiraciones españolas; el día del éxito o del fracaso. "Hay un cierto acuerdo de que hay que dar el paso adelante", anoche y hoy, "y que la atacada debe ser final", declaraba ayer, preparándose para una noche decisiva, el embajador español ante la CEE, Gabriel Ferrán. Se puede decir que hay un acuerdo sobre el marco general en los capítulos agrícola, pesquero y social. Faltan las cifras. Y en ello se estaba.

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Cada país -entre los diez- bloqueaba con "sus" temas: Irlanda, con el box pesquero. Francia, con el azúcar, las frutas, las hortalizas, el vino y el número de barcos. Y otros países, con sus intereses. Incluso a última hora de ayer algunos habían recogido algunas canicas que antes habían puesto sobre la mesa. Pero a la hora de bloquear la adhesión sobre un punto o una cifra concretos, nadie quería tomar tal responsabilidad. Nunca se ha estado, pues, más cerca de un acuerdo.Y la guerra de nervios y de amenazas. El ministro francés de Asuntos Exteriores, Roland Dumas, amenazó con concluir hoy con Portugal por separado, si no se llegaba a un acuerdo con España. "No perdemos los nervios; nuestra negociación sigue su propio curso", señaló el secretario de Estado, Manuel Marín, añadiendo: "Nos han venido diciendo esto desde las nueve de la mañana".

Por la tarde, el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, aseguraba que se puede llegar a un acuerdo sobre los capítulos citados y, además, sobre la contribución española al presupuesto de la CEE. El ministro español Fernando Morán se declaraba "más optimista, pero aún con sobriedad". El alemán occidental Hans-Dietrich Genscher era algo más escéptico, considerando, dados los problemas, que lo más que podía esperarse de esta maratón era un acuerdo sobre el "marco político" de estos capítulos, dejando los detalles técnicos para luego.

La jornada empezó con un largo contacto entre la delegación española y la presidencia italiana -Giulio Andreotti- del Consejo de Ministros de la CEE. Todos alabaron el esfuerzo de Andreotti y su habilidad negociadora. Por la tarde, nueva reunión de los diez, que se reanuda a las 9.30 de hoy. Será la hora de la verdad.

A la hora de cerrar esta edición, la delegación española esperaba ser recibida por Andreotti -que entre tanto había hablado con los portugueses- para una larga sesión nocturna de negociación y trabajo, cuyas conclusiones serán transmitidas hoy a los diez.

En contacto con la Moncloa

Durante todo el día, Morán se mantuvo en estrecho contacto telefónico con el presidente del Gobierno, Felipe González. Incluso González envió un télex a Bruselas, que Morán leyó a Andreotti, asegurando que España tenía la firme intención de concluir en esta sesión de negociación los grandes temas pendientes.

Los problemas eran, sobre todo, de cifras. En agricultura, España seguía pidiendo mayores concesiones en frutas y hortalizas, que Francia se resistía a dar más allá de una aceleración del desarme arancelario. Morán parecía haber abandonado sus esperanzas de salvar los cítricos del bloque restrictivo para el sector hortofrutícola.

En productos continentales en los que España pide seudocontingentes de importación, la lista había sido fijada, pero España insistía en incluir en ella la leche en polvo y concentrada. El verdadero debate estaba, sin embargo, en las cifras de estos contingentes, aunque España confiaba en llegar a un acuerdo, tanto en esto como en la cuota de producción de azúcar (una diferencia entre ambos bandos de 80.000 toneladas, con lo que probablemente se llegará a 1.100.000).

El aceite de oliva seguía en el aire, pues la CEE no sabe aún muy bien qué hacer con él, y el vino -quizá el mayor escollo- ni se había abordado en las discusiones de la tarde de ayer. En cuanto al porcino, la fórmula sugerida por la Comisión Europea en días anteriores serviría de base para un acuerdo.

En pesca, los escollos más importante seguían siendo el período transitorio para el acceso español al box irlandés -Dublín no parecía ceder, y España, tampoco- y el número de barcos que faenarían en aguas de la CEE (aunque en este punto podría haber un acuerdo en torno a los 280 o 300 buques); pero quedan aún por resolver multitud de detalles en todos los temas.

Portugal, sin embargo, creía logrado que los diez le otorguen una zona exclusiva de pesca en "sus" propias aguas, lo que planteará problemas para España. En el terreno agrícola, las discusiones con los lusos no habían avanzado mucho.

El objetivo de Andreotti seguía siendo el mismo: no convocar una sesión formal de negociación entre los diez y España hasta que no hubiera constatado un fracaso o un éxito de esta larga maratón. Morán coincidió con esto al afirmar: "No podemos ir a la plenaria en plan de asamblea universitaria".

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