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La manifestación del domingo

Sería absurdo restringir la manifestación del domingo por la libertad de enseñanza y el pacto escolar a una guerra de cifras. Medio millón, un millón, da igual. Lo que quedó patente es que un sector enormemente amplio de la sociedad española no quiere en materia de enseñanza una política partidista; busca simple y llanamente la plenitud de la libertad en esta cuestión fundamental para la convivencia en el presente y la construcción del futuro.Frente a todas las etiquetas, las descalificaciones e incluso los insultos de que había sido precedida, la manifestación demostró también que no estaba promovida por motivos políticos. No era de derechas ni de izquierdas. No privilegiaba a ninguna escuela e integraba el interés por la pública y por la privada. Organizadores y participantes pusieron especial empeño en no mostrar tendencias o adscripciones políticas, en impedir toda capitalización de esta inmensa manifestación popular por cualquier partido político y desaprobaron la única e insignificante pancarta ultra que se exhibió en un paso elevado del trayecto.

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La manifestación

Tampoco era precisamente una muchedumbre de ignorantes manipulados, de borregos engañados. Los esláganes fueron claros. El manifiesto, preciso y concreto. Los convocantes sabían con exactitud por qué convocaban y lo dijeron con toda claridad. (...)

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20 de noviembre

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