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Escaso eco a la propuesta marroquí de una 'cumbre' tras la reconciliación jordano-egipcia

La propuesta del rey Hassan II de celebrar una cumbre árabe extraordinaria en Marruecos, entre el 9 y el 11 de octubre, para debatir el restablecimiento de relaciones diplomáticas de Jordania con Egipto sigue sin despertar ecos favorables en algunos de los. países visitados por los emisarios marroquíes en los últimos días. Siria, en particular, ha calificado la propuesta del monarca marroquí de "intento de cubrir la decisión jordana, escapando así a su condena, e incitando a violar anteriores resoluciones tomadas en otras: cumbres árabes". Para el portavoz sirio que formuló esta declaración "la propuesta del rey Hassan II tiende a empujar a los árabes a unirse a los acuerdos de Camp David".

La cumbre a que se refería el portavoz sirio fue la celebrada en Bagdad, en 1979, inmediatamente de la firma de los acuerdos de Camp David por Egipto, y en la que los participantes decidieron romper relaciones diplomáticas con Egipto y expulsarle de la Liga Árabe, cuya sede fue trasladada de El Cairo a Túnez.

Libia, el socio de Marruecos en la Unión Árabe Africana, ha criticado duramente a Jordania por su decisión.

Sin embargo, y a juzgar por la explicación pública del tratado libio-marroquí dada el pasado 20 de agosto por el rey Hassan II, al menos en lo que a Oriente Próximo concierne, éste se basa en el principio de no injerencia en los asuntos de los países árabes fronterizos con Israel, es decir Egipto, Jordania y Siria. "Si éstos quieren recuperar los territorios árabes ocupados por las armas, pongámonos de su lado. Si quieren recuperarlos mediante la negociación, apoyémosles para que los obtengan pacíficamente", se dijo entonces.

Si el coronel Muamar el Gadafi ha aceptado estos presupuestos o no, es algo que está por ver, pero, en todo caso, y sobre esa base, una cumbre árabe pudiera parecerle aceptable.

Los Estados del Consejo del Golfo (Arabia Saudí, Kuwait, Qatar, Omán, Emiratos Árabes Unidos y Bahrain) aún no han respondido a la proposición del rey Hassan II, aunque no cabe duda de que respaldan la decisión jordana. Omán ya lo ha hecho saber así públicamente. Arabia Saudí, según fuentes seguras, suspendió en marzo toda ayuda económica y financiera al rey Hussein, para estimularle a secundar las posturas de los moderados árabes

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Actitud colectiva

Argelia y Túnez, en particular, han declarado que entienden, que la decisión jordana viola una resolución de una cumbre árabe (la de Bagdad) y se muestran partidarios de que cualquier actitud hacia Jordania no sea individual, sino que la decidan en común todos los jefes de Estado árabes. Algunos matices, sin embargo, diferencian a estos dos países. Mientras Argelia envió a Damasco al secretario general del Frente de Liberación Nacional, Túnez declaraba, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, Beji Caid Esebsi, que su país no puede cuestionar "una decisión absolutamente soberana de un país soberano", y añadía que Túnez ve con buenos ojos cualquier acción que tienda a reintegrar a Egipto en las filas árabes "en las que tanta falta hace". En todo caso, la Prensa marroquí ha acusado a Siria de no querer que Egipto regrese al seno de la nación árabe "para no perder protagonismo", y de "intentar asfixiar a Irak intentando mejorar las relaciones de Irán con los países del Golfo". La irritación marroquí con Siria puede explicarse también por las informaciones aparecidas en la Prensa de Rabat, después de la unión libio-martoquí, según las cuales Siria ha prometido ayuda militar al Frente Polisario.

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