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Polémica en Portugal por la presencia del obispo Trifa, acusado de ex nazi

Las autoridades portuguesas estudian la petición de residencia solicitada por el arzobispo Valerian Trifa, expulsado de Estados Unidos y acusado de crímenes de guerra contra la comunidad judía rumana durante la. ocupación nazi. Su presencia en Portugal ha suscitado una viva polémica.

La presencia del jefe de la Iglesia ortodoxa rumana de Estados Unidos en Portugal, adonde llegó el pasado martes con un visado expedido hace seis meses por la Embajada ¡usa en Washington, está provocando vivas reacciones en los medios políticos y sindicales de Lisboa y un visible embarazo para el Ministerio portugués de Asuntos Exteriores, que insinúa haber sido engañado por las autoridades norteamericanas.

Trifa, que residía en EE UU desde 1950 -obtuvo la nacionalidad americana en 1957-, fue descubierto, denunciado como ex dirigente de la guardia de hierro rumana y acusado por las organizaciones judías dedicadas a la caza de nazis de ser el responsable de persecuciones que provocaron la muerte de miles de judíos rumanos.

Después de un proceso que duró nueve años, Trifa fue desposeído del pasaporte americano y acabó por aceptar su expulsión de EE UU. El problema fue encontrar un país que aceptase recibirle. Las autoridades norteamericanas sondearon, con resultado negativo, a seis países occidentales, entre ellos Francia, Italia y la República Federal de Alemania (RFA). Pero en 1983, el abogado de Trifa comunicó al Departamento de Justicia de Estados Unidos que las autoridades portuguesas aceptaban recibir a su cliente, con conocimiento de su polémico pasado.

Sospechas de complicidad

El Ministerio portugués de Asuntos Exteriores ha negado esto último. Afirma que en el certificado penal que acompaña a lapetición de visado, entregado por por las autoridades americanas, no figura ningún antecedente criminal.La asociación judeo-norteamericana considera imposible que la representación diplomática portuguesa en Estados Unidos ignorase el caso Trifa, que tuvo notoria repercusión en la prensa norteamericana.

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El caso es que, sin la intervención de las organizaciones judías, la llegada de Trifa a Portugal habría pasado inadvertida. Por eso existen sospechas en Lisboa sobre una cierta 'complicidad entre las autoridades norteamericanas y portuguesas para resolver discretamente el caso de un ex nazi que, como otros tantos, prestó servicios al espionaje aliado, pero que ahora resulta incómodo por la presión del lobby judío.

Trifa, en Lisboa, afirma que está siendo víctima de un confuso compló, mientras la policía portuguesa mantiene que los documentos que presenta, suministrados por las autoridades aliadas de ocupación en Alemania y que identifican al presunto ex nazi rumano como ex deportado del campo de concentración de Dachau en 1944, "parecen auténticos".

Las autoridades rumanas confirmaron ayer que no tienen la intención de solicitar la extradición del polémico obispo.

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