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El Congreso holandés vota hoy si retrasa su decisión definitiva sobre los euromisiles

Andrés Ortega

La Cámara Baja del Parlamento holandés se pronunciará hoy sobre la fórmula que sobre el despliegue de euromisiles en los Países Bajos propuso el 1 de junio el Gobierno de coalición democristianaliberal que preside Ruud Lubbers. Un voto contrario a esta fórmula provocaría la caída del Gobierno y la convocatoria de elecciones generales anticipadas. Mucho depende de cómo se pronuncie hoy un pequeño grupo de diputados democristianos que rechazó tajantemente el despliegue de los 48 misiles de crucero que corresponden a Holanda según la doble decisión de la OTAN de 1979.La fórmula gubernamental es una tercera decisión en sí. La postura final del Gobierno holandés sobre el despliegue se retrasará hasta noviembre de 1985, a la luz de los progresos en las negociaciones entre EE UU y la URSS. Holanda podría, además, reducir el número de misiles a desplegar en su territorio, salvo si la URSS sigue instalando nuevos SS-20. Y, caso de decidirse por el despliegue, los Países Bajos se dan de plazo para llevarlo a la práctica hasta 1988, fecha límite del plan de la OTAN para instalar 572 euromisiles en cinco países europeos.

Esta fórmula cuenta con el apoyo explícito del ministro de Defensa, Jacob de Ruiter, que forma parte del grupo de 14 diputados democristianos que se oponían al despliegue y cuya eventual, aunque improbable, abstención o voto en contra pesaría en la balanza. La coalición gubernamental cuenta con 79 de los 150 escaños de la Cámara. Los liberales están totalmente a favor del despliegue. Los socialistas (47 escaños) y la izquierda, totalmente en contra. Pero algunos otros grupos de la derecha podrían apoyar al Gobierno en este caso.

Los debates públicos sobre la fórmula propuesta comenzaron ayer, sin grandes novedades, en una sesión conjunta de las comisiones de Defensa y de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados, antes de pasar hoy al Pleno. El Gobierno ha intentado mantenerse a flote para garantizar la supervivencia de su política económica de extrema austeridad.

El resultado de unas elecciones generales anticipadas -la convocatoria normal es en 1986- sería dificil de predecir. Un Gobierno socialista se pronunciaría contra todo despliegue.

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