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Moscú atribuye al 'sentido común' el fin del boicoteo aereo

El boicoteo aéreo contra la URSS -que hoy cesa ya por completo- ha finalizado al imponerse el sentido común, según afirmó un portavoz de la compañía soviética Aeroflot, citado por la agencia oficial Tass.Sin hacer ninguna referencia al hecho de que la Federación Internacional de Pilotos de Líneas Aéreas (IFALPA) decidiera levantar para ayer noche las sanciones contra la URS S y dando la apariencia de que todo obedecía a una iniciativa de las compañías aéreas, el portavoz de Aeroflot afirmó que los aviones de diversas líneas aéreas occidentales habían vuelto a aterrizar en Moscú, mientras que las naves soviéticas reiniciaron sus vuelos a aeropuertos de Europa occidental; entre ellos el de Madrid.

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El portavoz de Aeroflot destacó los aspectos económicos del asunto como si hubieran sido éstos los que decidieran a poner fin al boicoteo dictado como sanción contra la URSS por haber derribado un jumbo surcoreano con 269 personas a bordo. "¿Es realmente razonable", se interrogaba el portavoz, cuyo nombre no era citado por Tass, "interrumpir los servicios aéreos que pasan a través de Moscú y que son usados por millones de personas cada año cerrando la ruta transiberiana, que es el camino más corto entre Europa y el sureste asiático?". "El aspecto financiero del asunto no es de poca importancia", agregó. "Las sanciones contra Aeroflot, que han sido impuestas bajo presión estadounidense, les han costado a las aerolíneas occidentales no pocas pérdidas, mientras que Washington, que interrumpió sus servicios aéreos con Moscú hace ya tiempo, no ha perdido un solo céntimo".

"El presidente de Estados Unidos", concluyó el portavoz de Aeroflot en un tono no carente de lirismo, "sigue haciendo llamamientos a sus aliados para que éstos interrumpan sus servicios aéreos y otros contactos con la Unión Soviética, pero estos llamamientos quedan ahogados por el rugir de los motores de los aviones que aterrizan en el aeropuerto internacional de Sheremetievo-2 (Moscú)".

Como ya se esperaba, no se han creado graves perjuicios a la URSS en las escasas dos semanas durante las cuales todas las compañías aéreas occidentales -excepto la francesa y la austriaca- han dejado de volar a Moscú y se prohibió, además, el aterrizaje de los aviones de Aeroflot en la mayor parte de los aeropuertos euroccidentales y norteamericanos.

Representantes de compañías europeas en Moscú han afirmado que incluso la sanción benefició económicamente a las líneas aéreas de la URSS.

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