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Oficialmente, Francia está libre de escuchas clandestinas

El problema de las escuchas telefónicas no existe oficialmente en Francia, pero se admite o se sospecha que, en caso de necesidad, todas las autoridades o Gobiernos que se han sucedido en el último cuarto de siglo han hecho uso de ellas en alguna medida. La seguridad del Estado, de cualquier manera, permite las escuchas telefónicas.Durante la época gaullista, es decir, finales de los años cincuenta hasta el comienzo de la década de los setenta, las escuchas telefónicas constituyeron un escándalo de vida diaria, en alguna época sobre todo. La guerra de Argelia facilitaba todo tipo de transgresiones de las leyes defensoras de las libertades individuales.

En tiempos del mandato de Valery Giscard d'Estaing, cuando Michel Poniatowski era ministro del Interior, el semanario satírico Le canard enchainé reveló lo que llegó a considerarse como un watergate francés. Pero las consecuencias no tuvieron efectos prácticos en el mundo político.

Una de las primeras medidas del Gobierno socialista que accedió al poder del Estado en 1981 consistió en la supresión total de ese tipo de atentados a la vida y libertades del ciudadano. De dos años a esta parte, alguna salpicadura se ha producido sobre el particular, pero sin pruebas. Aunque cada cual da por hecho, en este país, que si el Gobierno considerase oportuna esa práctica, la realizaría aunque fuese de manera esporádica y excepcional.

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