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Piden 20 años por un presunto asesinato que pudo haber sido un suicidio

El ministerio fiscal solicitó ayer que se impusieran veinte años de prisión a Enrique Obrero Rodriguez, por un presunto delito de asesinato cometido en junio de 1981, al arrojar a un compañero de trabajo por una ventana de su domicilio. El acusador particular reclamó una pena de veintinueve años de prisión y seis millones de indemnización.

Estos hechos, que fueron juzgados ayer en la sección segunda de lo penal de la Audiencia Provincial de Barcelona, tuvieron como escenario la calle de San Acisclo, enla que fue a estrellarse el cuerpo de un joven, Adolfo Espeja, que trabajaba como taquillero en el metro.

La policía acusó de estos hechos a su compañero Enrique Obrero, que en el momento del s uceso se encontraba en la vivienda. Aseguró la policía, y mantuvo también ayer el fiscal, que ambos amigos protagonizaron una discusión y un enfrentamiento durante las vacaciones de verano, que realizaron juntos en el norte de España. El enfrentamiento finalizó en esta discusión y en el presunto asesinato de Adolfo Espeja.

Las acusaciones del fiscal fueron rebatidas por el acusado y por el abogado defensor, el letrado José María Cánovas Delgado, quien insistió en la versión trazada desde un principio, según la cual Adolfo Espeja se lanzó al vacío después de haberse lesionado con un puñal.

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