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La 'larga sombra' de la Konrad Adenauer

La historia de la Democracia Cristiana española está marcada por la desunión, que arranca de las discrepancias entre sus líderes históricos, Gil Robles y Giménez Fernández, cuyo heredero, Joaquín Ruiz Giménez, tampoco logró llegar a la fusión con los hombres del viejo líder de la CEDA. Posteriormente, aun cuando la mayor parte de los democristianos acabaran integrándose en UCD, en 1977, la brecha permaneció abierta, al negarse Ruiz-Giménez y algunos de sus seguidores, como el notario Carlos Bru, a integrarse en el partido que Adolfo Suárez fundara en mayo de ese año. Sólo la fundación Humanismo y Democracia, nacida en 1976, presidida por Fernando Alvarez de Miranda y apoyada por la CDU alemana a través de su fundación Konrad Adenauer, alentaba aún la idea de la unidad de la DoC en España. La escisión de Oscar Alzaga y otros cristianos históricos que abandonaron UCD en julio de 1982 para fundar el Partido Demócrata Popular y coaligarse con Manuel Fraga, sirvió para ahondar las divergencias, ante la creciente alarma de las diversas instituciones europeas de cariz democristiano: la unión europea Demócrata Cristiana, el Partido popular europeo y, muy especialmente, de algunos de los partidos que integran estas organizaciones, como la CDU.Desde entonces, el partido de Helmut Kohl, CDU, y su fundación Adenauer no han cesado en sus investigaciones para saber a quien conceder la patente. La más reciente decisión de la fundación ha consistido en suspender la ayuda económica que prestaba a su filial española Humanismo y Democracia, en espera de que se aclare el panorama.

La actitud de Alvarez de Miranda, manteniendo su postura fiel a un centro político sin pactos con la derecha, ha influido en la resolución de Bonn. Paralelamente, el encargado de las relaciones internacionales de Alzaga, Julen Guimon se ha movido con habilidad en diversas capitales europeas. De todo ello parece derivarse una cierta y reciente inclinación de las instancias democristianas internacionales a favor del PDP, lo que habría tenido cierto peso en los movimientos de la ejecutiva confesional de UCD, que el miércoles aprobó una convergencia gradual hacia el PDP. Se habla, incluso, de la inminente creación por Alzaga de una Fundación Giménez Fernández que, aprovechando el prestigioso nombre del profesor sevillano, trate de canalizar en el futuro las ahora suspendidas ayudas provinientes de la República Federal de Alemania.

Los hombres de la Konrad Adenauer en España hicieron incluso dar un decisivo giro al congreso extraordinario de UCD de mediados de diciembre, que, merced a la promesa de una ayuda económica que hasta ahora parece no haber llegado, pasó de un tinte azul en su primera jornada, a una rotunda victoría democristiana en la segunda. De allí surgió la actual ejecutiva monocolor, varios de cuyos hombres, incluyendo al ex secretario general del partido, Iñigo Cavero, apoyan hoy la convergencia con el PDP. Algo que Alvarez de Miranda insiste en rechazar, pareciendo dispuesto a crear su propia formación política.

El ex embajador de España en la OTAN, Rupérez, junto con Oreja, parecen haber constituido piezas decisivas en el piroceso de absorción de centristas democristianos en el PDP, una idea largamente acariciada por Alzaga. Ahora se habla de que Rupérez podría ocupar la secretaría general del PDP: fue un hombre clave en el trasvase de muchos miembros del partido de Ruiz Giménez a UCD, en 11977, y se convierte de nuevo en el eje de otra operación política similar consistente en el paso de muchos de esos mismos hombres desde la moribunda UCD al PDP.

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