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Entrevista:Crisis de Líbano

Uri Avneri: "El problema palestino es hoy el número uno dentro del marco internacional"

Escritor, periodista y miembro del Parlamento israelí hasta 1981. Uri Avneri, 59 años, es uno de los políticos que en mayor grado se ha opuesto dentro de Israel a los planes del Gobierno de Menájem Beguin sobre Oriente Próximo. Dirigente de Sheli, partido de la oposición israelí, Avneri viene realizando desde hace muchos años una incesante labor en pro de la paz. En 1974 promovió la apertura del diálogo con la rama política, de la Organización para la Liberación de Palestina, hecho sin precedentes en la historia de ambos pueblos. Durante la guerra de Líbano, en el mes de agosto, Avneri se encontró con Arafat en Beirut occidental, en la primera entrevista que el líder palestino concedía a un periodista israelí. Actualmente encabeza la lucha del movimiento Paz Ahora, que reúne a todos los sectores israelíes que se han definido en contra de la invasión de Líbano.

Pregunta. En Israel se comienza a hablar de la guerra de Líbano como de un triunfo militar israelí, pero como una victoria política de la OLP. ¿Cuál es su opinión al respecto?Respuesta. Yo pienso que fue un fracaso político de Israel y un fracaso militar de Israel. En 1967 Israel venció en seis días a tres ejércitos árabes bien organizados y grandes con una fuerza bastante más pequeña que la que actuó en Líbano. Contra 10.000 soldados palestinos (sólo un cuarto del Ejército egipcio) luchamos 77 días y la guerra no terminó en una victoria, sino en un empate. Es difícil poder ,decir que fue un éxito militar.

P. ¿Qué fue lo que impidió un éxito militar siendo la fuerza del Ejército israelí tan supenor a la palestina?

R. Hay causas militares y políticas complicadas de analizar. En el sentido político, fue un fracaso debido a que ninguno de los verdaderos objetivos de la guerra fueron logrados. El primer objetivo era exterminar a la OLP; no sólo esto no fue posible, sino que ahora sabemos con seguridad que la OLP salió de la guerra fortalecida a nivel internacional. El segundo era sacar a los sirios de Líbano. Los sirios aún están allí y mantienen el 40% del territorio libanés. Uno de los objetivos principales era firmar un tratado de paz entre Israel y Líbano, pero el Gobierno de Beirut se niega a ello.

P. Ha habido un cambio en el conflicto. Israel busca ahora una solución militar y los palestinos una política. ¿Cómo entiende ese giro?

R. Esto es consecuencia de la relación de fuerzas. Israel tiene ahora un Ejército muy poderoso y supone que puede encontrar soluciones por medios militares. Los palestinos no tienen medios militares, todos los que utilizaron han fracasado, y ahora ellos entienden que toda solución del conflicto debe ser política. La tendencia en la OLP a encontrar una solución política no es nueva, tiene ya unos diez años, pero es con esta guerra cuando en verdad se ha afirmado.

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P . ¿Qué consecuencias tendrá la guerra de Líbano sobre la sociedad israelí?

R. Es difícil de decir. Debido a que la guerra terminó en empate, también las consecuencias sobre la sociedad israelí están empatadas.

Pienso que, a pesar de que la guerra significó una vivencia muy profunda, en realidad yo creo que transformó muy poco el panorama interno de en el Estado de Israel.

P. Sin embargo, el plan del presidente norteamericano, Ronald Reagan, que se dio a conocer ínmediatamente a la retirada del Ejército palestino, ha conmocionado a la opinión pública israelí.

R. Sin duda esta fue otra muestra del fracaso político que significó la entrada en Líbano. La guerra fue hecha para terminar con la OLP para siempre, para la eternidad, para quedarse definitivamente con Gaza y Cisjordania; pero lo que sucedió fue lo contrario: el problema palestino es hoy el número uno en el marco internacional. Estados Unidos, el único aliado que le queda a Israel, declara ahora que está absolutamente en contra de la anexión de Gaza y Cisjordania. A pesar de que para Reagan la solución es devolver los territorios al rey Hussein y no reconoce aún a la OLP, después de la cumbre de Marruecos los americanos saben que esto es una utopía y que, en última instancia, tendrán que entrar en contacto con la organización palestina.

P. ¿Cuál fue la actuación de la izquierda israelí en el conflicto?

R. No se qué es la izquierda israelí, ni quién es. No me gusta utilizar ese término. ¿Es la, izquierda el Partido Laborista, que apoyó a Beguin y a la guerra desde el primer momento hasta el último? El Partido Laborista, que creó un orden social totalmente injusto en el país, que llevó una política antiárabe extrema durante treinta años, ¿es esto izquierda? La política desarrollada por la coalición del Partido Laborista sería catalogada en cualquier otro país de derechista. En Israel se define como de izquierda a toda persona que esté a favor de la paz con el pueblo palestino y de derecha a quienes están por la guerra.

"Chovinismo, militarismo, famatismo religioso"

P. El Gobierno y la sociedad ísraelí parecen estar virando en grado extremo hacia la derecha, incluso es posible decir que hacia un cierto fascismo, ¿qué explicación daría a esta tendencia?

R. Hay en Israel tendencias fascistas, cuerpos fascistas, partidos políticos que en cualquier otra nación del mundo serían llamados fascistas. Ciertos sectores de la coalición del Likud en el Gobierno, aparecerían catalogados en otro país como neofáscistas. Ariel Sharon... yo no lo llamaría fascista; ahora, podría decir sin lugar a dudas que tiene muchas tendencias fascistas. Considero que a Beguín no se le puede llamar fascista, ya que su postura es democrática, y no creo que la democracia y el fascismo puedan ir juntos. Ahora, que la política exterior del Gobierno de Beguin es similar a la de muchos Gobiernos fascistas, eso puede ser, y que la política de Israel en los territorios ocupados tiene olor a fascismo, también eso es bastante probable. Se podría hablar más bien de chovinismo, militarismo, fanatismo religioso, mística religioso-nacionalista..., todo eso es lo que tenemos en estos momentos en Israel,y es lo que guía la política del Estado.

P. La pólítica israelí va camino de una grave bipolarización. ¿Cuál es el motivo de que no exista en Israel un partido-liberal moderado o una derecha moderada?

R. La pregunta es buena. Tendría que dar dos respuestas, una simple y otra un poco más profunda. La primera es que sucede como consecuencia de la crisis en que entró el partido liberal: todos sus dirigentes han muerto y no surgieron nuevos cuadros. Todo el partido, que era básicamente burgués y paloma, murió. porque cayó en el vacío. Una más profunda explicación sobre el porqué de la muerte de este partido debe ser encontrada en el giro a la derecha del pueblo israelí, que se viene acrecentando desde el nacimiento del Estado, en 1948.

P. ¿Por qué los movimientos de izquierda no se reforzaron?,

R. En forma simple es posible decir que se debió a que no hubo contacto entre las fuerzas de paz del mundo árabe y del mundo judío, y mientras esto no suceda no habrá paz ni oportunidad de convencer a nadie sobre la posibilidad de paz. Este es precisamente el punto central de mi acción política desde hace ya muchos años. Siempre creí que no podría haber un cambio en Oriente Próximo sin un movimiento de paz fuerte dentro de Israel, y no creí que éste pudiera existir sin una acción conjunta con un movimiento de paz palestino. Debido a esto abrí en 1974 los primeros contactos con la OLP. Llevamos ya ocho años de creciente relación entre la OLP y el movimiento de paz israelí que hoy intento desarrollar. La guerra de Líbano propició un acercamiento importante. Mi encuentro con Arafat fue sólo un síntoma de esta aproximación.

P. Con motivo de un artículo que publicó en una revista israelí hace ya casi tres meses, en el cual hablaba sobre cierto programa de reconocimiento del Estado de Israel que la OLP pensaba dar a la luz y que fue aplazado por el comienzo de la guerra de Líbano, usted fue acusado de fantasioso. ¿Podría explicarnos de qué se trataba?

R. Una acción específica se frustró debido a la guerra. Hay quienes dicen que la batalla comenzó justo cuando la OLP se inclinaba en favor de la paz con Israel. Si eso es verdad, y yo pienso que lo es, la guerra fue un fracaso. En la cumbre de Fez, en forma totalmente clara, se habla del reconocimiento del Estado de Israel. Hoy día existe una gran posibilidad de acuerdo entre Israel y los palestinos, pero no lo habrá porque el Gobierno de Israel quiere lo contrario.

"¿Cuánto podría durar una dictadura de beduinos?"

P. ¿Ni siquiera con un plan de paz basado en el plan Reagan?

R. Reagan propuso un plan que el Partido Laborista puede llegar a aceptar, ya que en vez de hablar con la OLP trataríamos con el rey Hussein. De hecho Beguin está en lo cierto cuando afirma que entre estas dos cosas no hay diferencia. ¿Cuánto tiempo podría permanecer Hussein en el poder con tres mifiones de palestinos en su país? Los palestinos son un pueblo inteligente y desarrollado, ¿cuántotiempo podría durar una dictadura de unos cuantos beduinos? Después de un mes, dos, tres años habría un Estado palestino.

P. ¿Cuál fue la reacción en círculos oficiales después de su encuentro con Yasir Arafat?

R. Ya el mismo día de la entrevista exigieron que se me sometiera a juicio por traición. Hubo una reunión del Gabinete donde se decidió la creación de una comisión que estudiase el aspecto jurídico de la causa. Esta comisión decidió abrir una investigación policial. La comisión cerrará el caso y el expediente pasará al asesor jurídico del Gobierno, quien decidirá si hay lugar a juicio o no. Lo que en verdad más me interesa es la reacción de la opinión pública israelí, y debo decir que ésta me sorprendió. Hubo sólo una encuesta de opinión pública y en ella el 14% de los interrogados justificaban la entrevista. Esto demuestra que existe en el país una minoría antichovinista mucho más grande y más fuerte de que se piensa.

P. ¿Se podría llegar a hablar de boicoteo informativo por parte del Gobierno en el tiempo que duró la guerra?

R. Existe en el país un organizado sistema de lavado de cerebro, algo un poco más grave que un boicoteo; un concreto y real lavado de cerebro. Es casi imposible decir una verdad en la mayoría de los medios de comunicación de masas.

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