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El régimen sandinista desea que el Vaticano fortalezca su presencia en Nicaragua

Carlos Núñez, de 31 años, presidente del Consejo de Estado de Nicaragua y miembro de la dirección del Frente Sandinista de Liberación Nacional, dijo ayer en Madrid que su país desea que la presencia del Vaticano en Nicaragua se fortalezca. Mostró igualmente el propósito de su Gobierno de mantener buenas relaciones con la Iglesia católica, muy deterioradas desde los graves disturbios registrados el pasado 16 de agosto en el colegio salesiano de la localidad nicaragüense de Masaya, que se saldaron con tres muertos.Núñez Téllez, uno de los comandantes sandinistas más jóvenes, realizó una escala en Madrid a su regreso de Roma, donde se entrevistó con el cardenal Agostino Casaroli, secretario de Estado del Vaticano, y debatió el estado actual de las relaciones vaticanoni-caragüenses.

Los hechos, los más graves registrados en Nicaragua entre Iglesia y Estado desde el derrocamiento de Anastasio Somoza, en 1979, culminaron con la expulsión de Nicaragua del sacerdote español Moratalla, director del centro, y con la detención de unas setenta personas.

"De los detenidos entonces", asegura Carlos Núñez, "sólo cuatro o seis son de Masaya y, de éstos, sólo dos o tres de Monimbó, hecho que pone en cuestión los titulares de algunos periódicos, que se refirieron entonces a que Monimbó se había sublevado", dice Carlos Núñez.

En cuanto al sacerdote español, el dirigente sandinista afirma que "le expulsamos de Nicaragua no por ser religioso, sino por haber promovido el levantamiento armado contra la República. Este sacerdote no empleó su ascendiente ni su prestigio para solucionar el grave conflicto. En cualquier país del mundo, el sacerdote Moratalla habría sido condenado por los jueces".

A juicio del dirigente nicaragüense, los sucesos de Masaya no tienen nada que ver con las remociones de sacerdotes progresistas de las parroquias que ocupaban. "Para nosotros, la Iglesia es una organización autónoma que debe hacer lo que ella misma decida".

A propósito del primado de Nicaragua, arzobispo Miguel Obando y Bravo, Carlos Núñez niega que el Gobierno de Nicaragua haya pedido en Roma su sustitución.

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