Landelino Lavilla se presentó como un líder de una UCD alejada de Alianza Popular
"Las elecciones no se ganan desde la derecha". Esta frase, pronunciada ayer por el presidente de UCD, Landelino Lavilla, entre los aplausos de los aproximadamente 4.000 militantes centristas que participaron en la primera convención nacional del partido, disipa las posibles dudas que aún podían albergar algunos dirigentes centristas sobre el modelo de partido que Lavilla defenderá en todas de las provincias hasta el 28 de octubre, el día en que los españoles acudirán a las urnas, por tercera vez desde la instauración de la democracia, para elegir a sus representantes en el Parlamento.
Landelino Lavilla, en un discurso pronunciado ayer en el Palacio de Congresos de Madrid, abrió oficialmente la precampaña electoral de su partido. Y lo hizo pronunciándose claramente en contra de Alianza Popular, marcando distancias con el Partido Socialista Obrero Español, guardando silencio respecto a Adolfo Suárez y su nuevo partido, y avanzando las líneas maestras del programa que UCD ofrecerá a los electores.Al final de su intervención los aplausos fueron prolongados; las declaraciones de los ministros y los dirigentes nacionales del partido, elogiosas, y la conclusión de la mayoría fue que Landelino Lavilla es el nuevo líder de UCD, y Leopoldo Calvo Sotelo el presidente del Gobierno por espacio de algo más de dos meses, hasta que sea investido el nuevo primer ministro español.
El secretario general, Iñigo Cavero, y el adjunto al presidente del partido, Juan Antonio Ortega, así lo constataron en declaraciones a los medios informativos: "Este discurso significa el relanzamiento de una nueva UCD y un nuevo líder indiscutible, Landelino Lavilla", dijo Ortega, mientras Cavero apostillaba: "El partido ha comprobado hoy (ayer para el lector) que por fin tiene un líder".
El último fichaje del partido centrista, José María de Areilza, contemplaba desde la segunda fila de la mesa presidencial la inesperada aparición en el escenario de una paloma blanca, decorada para el evento con una ala pintada de verde y otra de naranja (los colores del logotipo de UCD) que volaba de un lado para otro asustada por el estruendo de la música y los aplausos; Calvo Sotelo aplaudía discretamente y sonreía satisfecho ante los párrafos más afortunados del discurso de Lavilla, y los ministros comprobaban que entre ellos había un asiento vacío, el correspondiente al titular de Agricultura, Pesca y Alimentación, José Luis Alvarez, cuya ausencia era interpretada ayer como signo inequívoco de que este ministro ya no se siente vinculado a UCD.
Ninguna alusión a Suárez
La primera parte del discurso de ayer de Landelino Lavilla recordaba a la también primera parte del manifiesto que Adolfo Suárez repartió a los informadores el día en que dio a conocer su Centro Democrático y Social: la capacidad de UCD para lograr la moderación entre los españoles y el cambio pacífico de un régimen dictatorial a otro democrático. "La realidad de un pueblo moderado y sosegado es la verdadera garantía de paz entre todos los españoles", dijo Lavilla, "y eso ha sido debido a la existencia de nuestro partido".
Después de defender la existencia en España de un espacio electoral para UCD, "porque todavía hay una gran parte de españoles que no acepta el dilema de votar a la derecha conservadora, o el votar a una izquierda todavía utópica e inmadura", Lavilla señaló que una tenaza exterior había tratado de "triturar" el partido, si bien "el pueblo español no lo hará, porque sabe que triturar el centrismo es triturar las posibilidades de convivencia pacífica", pero no olvidó que a esa "trituración ha contribuido la situación interna de nuestro partido, hasta tal punto que hemos estado en riesgo de suicidarnos".
Ese riesgo lo enlazó Lavilla con críticas a los fugados, tanto a los de la izquierda ("En las listas del PSOE han encontrado su sitio"), como a los de la derecha ("Nos han acusado de izquierdistas para justificar su verdadera vocación, que no es la de un centro moderno"), y eludió totalmente los comentarios sobre las fugas al CDS de Suárez.
A continuación, el presidente centrista descalificó la "mayoría natural" que pretende Fraga, afirmando que "es totalmente inexistente en España desde los supuestos de la derecha, y por muchas invitaciones que nos hagan nosotros no nos incorporaremos a esa operación". Y leyó una frase textual: "Vuelvo a reiterar queja línea de centro es el único camino que puede llevar a España hacia adelante; puede sacarnos de la infecunda dialéctica derecha-izquierda, inmovilismo e irresponsabilidad, violencia y ultraviolencia contestataria, reacción y nihilismo". "Estas palabras, que yo suscribo plenamente", prosiguió Lavilla, "son del señor Fraga cuando defendía la opción del centro. Es él quien ha cambiado al alinearse en una derecha que no quiere el centro, sino destruirlo".
Posteriormente: esbozó las líneas maestras de lo que va a ser el programa electoral de UCD -que se concreta en otro lugar de esta página-, y volvió a descalificar al partido de Fraga: "Alianza Popular sigue exhibiendo como un ataque contra nosotros el tema del divorcio... y nosotros lo que hemos hecho es compaginar la ley del Divorcio con la existencia de una protección de la estabilidad de la familia". "Hay una mayoría de creyentes que no estamos dispuestos", prosiguió, "a funcionalizar nuestra fe al servicio de operaciones políticas, y no necesitamos que nuestra conciencia sea protegida por la ley civil".
La última parte del discurso de Lavilla estuvo dedicada a los posibles Gobiernos de coalición poselectorales, y a este respecto dijo que UCD pactará o participará en un Gobierno de coalición si lo exije la gobernabilidad del Estado, "siempre dentro de los límites mínimos de nuestro programa".
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