Los F-18A 'retirarán' la mayor parte de los 192 aviones de combate que componen el potencial aéreo español
De los 192 aviones de combate con que cuenta el Ejército del Aire (la Armada tiene 11 aviones Harrier), más de la mitad -120 entre Phantom, F-5 y Mirage III- concluyen entre este año y el próximo su ciclo de vida útil, cifrada en veinte años, por lo que a partir de entonces únicamente quedarán en plena garantía de operatividad los 72 Mirage F-1 que, junto con los 84 aviones F-18 previstos en el programa FACA (Futuro Avión de Combate y Ataque), cuya compra aprobó ayer el Consejo de Ministros, constituirán la estructura básica de combate del Ejército del Aire para esta década y parte de la próxima.
De acuerdo con un informe reciente del Cuartel General del Aire, este Ejército posee en la actualidad casi setecientos aviones; no obstante, solamente 192 pueden considerarse auténticamente de combate, ya que el resto está dedicado a tareas de reconocimiento (25), lucha antisubmarina (6), adiestramiento (104), enseñanza (229), enlace (53), operaciones tácticas (20) y transporte (57).Dependientes del Mando Aéreo de Combate (MACOM), el Ejército del Aire cuenta en la actualidad con 192 aviones de combate. Cuarenta de ellos son del tipo Phantom, repartidos en dos escuadrones con base en Torrejón de Ardoz, y constituyen la principal fuerza de ataque disuasorio. Fueron comprados, ya usados, a la Fuerza Aérea de Estados Unidos en 1970. Sin embargo, hay que reseñar que habían salido de la cadena de producción en 1963, por io que cumplen el año próximo el ciclo vital o útil, estimado en veinte años para este tipo de aviones. Aparte de su obsolescencia, los Phantom tienen problemas estructurales, carecen de capacidad para el acoplamiento de armamento moderno y su mercado de repuestos es escaso, dado que la cadena de producción de estos aviones está cerrada.
El MACOM cuenta también con veinticuatro aviones cazabombarderos franceses Mirage III, de los que seis son biplazas y carecen de radar. Su misión principal es la defensal aérea, para la que están dotados de cañón y una capacidad limitada de dos misiles infrarrojos. Se utilizan también en misión de ataque aire-superficie, por constituir una plataforma estable de tiro, pero tienen un limitado radio de acción. Aunque empezaron a volar en el territorio español en 1969, sin embargo el modelo data de 1964, por lo que su ciclo útil concluye en 1984.
Quedarán los Mirage F-1E
Pieza fundamental de la defensa del territorio español son los 72 cazas Mirage F-1E, los aviones más modernos del Ejército del Aire. Dos escuadrones de 48 unidades tienen su base en Los Llanos (Albacete), y otro, constituido por veinticuatro, en Canarias. Es un avión concebido para la defensa y el ataque aire-aire, y está bien dotado para este tipo de combate. Reúne ciertas condiciones de polivalencia, pues también puede operar en ataque aire-superficie, pero esta posibilidad de actuación queda un tanto mermada por poseer una limitada capacidad de transporte de armamento adecuado para este tipo de operación. El Mirage F-1E entró en servicio en España a partir de 1975. Los técnicos del Aire consideran que su vida operativa se prolongará hasta bien entrada la próxima década.El potencial aéreo de combate del Ejército del Aire se completa con 56 aviones F-5, fuerza dependiente del Mando Aéreo Táctico (MATAC). Es la parte barata de la flota. De ellos, 34 son monoplazas de combate y reconocimiento y veintidós son biplazas destinados al entrenamiento avanzado en la Escuela de Reactores de Talavera la Real, pero también pueden ser utilizados en combate por tener capacidad de armamento aire-superficie y de misiles. El F-5, según los técnicos del Aire, es un buen avión de combate, capaz de desempeñar diversos cometidos, en especial el apoyo aéreo. Su capacidad de operar en ataque aire-superficie es limitada, por carecer de cableado interior, radar y posibilidades de incorporación de armamento moderno. La ausencia de radar y la escasa dotación de armamento reducen también sus posibilidades en el ataque aire-aire.
Fabricado por Construcciones Aeronáuticas, S. A. (CASA), con licencia de la Northrop americana a partir de 1968, el F-5 empezó a volar en territorio español en 1969. Sin embargo, el hecho de que se trate de un modelo de 1962 explica que se considere tecnológicamente superado y, en la práctica, fuera de su ciclo útil. En el antes citado informe del Cuartel General del Aire se señala que este tipo de avión sufre hoy graves problemas de fatiga estructural y de corrosión de motor.
La puesta en marcha del FACA
La convicción de que a partir de 1984 el deterioro material y la obsolescencia tecnológica obligarían a retirar del inventario de material operativo a los aviones Phantom, F-5 y Mirage III, lleva en febrero de 1978 al entonces jefe del Estado Mayor del Ejército a sentar las bases para poner en marcha lo que se denominó "programa FACA" (Futuro Avión de Combate y Ataque), por el que a partir de los años 1984-1985 el Ejército del Aire debía contar con dos sistemas de armas el Mirage F- 1, con un total de 72 aviones, y 144 nuevos aviones que debían reunir como características esenciales la polivalencia (facultad de desempeñar indistintamente misiones de ataque airesuperficie y aire-aire con un simple cambio del tipo de armamento, que habría de hacerse en un tiempo mínimo), veinte años de vida útil y alto índice de operatividad.Tras las distintas fases de recopilación de material, evaluaciones de los tipos de avión susceptibles de compra y las contrapartidas subsiguientes, pruebas y selección de los modelos (véase EL PAIS de 14 de julio de 1982), el Ejército del Aire, según el informe antes mencionado, estaba ya en julio de 1981 en condiciones de seleccionar un modelo de avión entre los candidatos F-18L, F- 16C y F-18A y el Tornado. (El Tornado, del consorcio anglo-italo-alemán, fue descartado por razones técnicas). Es entonces cuando, a la vista de las previsiones presupuestarias, el Gobierno decidió reducir el programa FACA a la compra de 96 aviones, lo que lleva al replanteamiento de la operación, a la eliminación de la lista del F-18L y a la reducción de la opción a los aviones F-16C, de la General Dynamics, o F-18A, de la McDonnell Douglas.
En el informe del Cuartel General del Aire, antes aludido, se señalaba entonces: "Es imperativo que el calendario se cumpla, ya que el año adicional de retraso ha colocado a nuestras Fuerzas Aéreas en una situación límite: en el mejor de los casos, el primer avión del nuevo sistema de armas no llegará hasta enero de 1986, y el primer escuadrón no estará operativo hasta finales de ese año, viéndose el Ejército del Aire obligado a mantener un servicio con sistemas de armas viejos y de escasísima operatividad". Esta afirmación se hacía sobre la base de que, una vez efectuado el primer pago, el primer avión se recibirá pasado un mínimo de 36 meses, por condicionantes de materiales estratégicos y cadena de producción.
Se considera en el informe que, a partir de 1984, si no se incorporan nuevos aviones, con sólo 72 unidades en plena operatividad, el Ejército del Aire carecería del grado suficiente de poder disuasorio y superioridad aérea como para defender con plena eficacia el territorio español.
Cuando el programa FACA quede completado, el Ejército del Aire contará con 156 aviones, cifra sensiblemente inferior a la actual. Dicho potencial será únicamente superior, comparándolo con el de nuestros potenciales enemigos, al de Marruecos y Portugal. El primer país, según el Instituto de Estudios Estratégicos de Londres (1980-1981), cuenta hoy con 75 aviones de combate, entre ellos catorce Mig en depósito, veintiocho Mirage F-1 y quince F-5. En la actualidad tiene encargados veinte cazas F-5. Portugal posee 85 aviones de combate, la mayor parte de la marca G-91, y ha encargado veinte cazas tierra-aire A-7-P.
De acuerdo con la misma fuente, Libia cuenta en la actualidad con 408 aviones de combate, de ellos 56 Mirage F-1, 44 Mirage 5D, 114 Mig-23, 50 Mig-25 y 80 Mig-21. Argelia tiene hoy 295 cazas de combate, de los que al menos 214 son Mig de distintos modelos. El Ejército del Aire de Francia posee 460 aviones de combate de los que 155 son Mirage III, 120 son Mirage F-1, 30 son Mirage 5-F y 140 Jaguar. Entre las compras, previstas destacan 48 Mirage 2.000 y 112 Mirage F-1. Francia cuenta además con 146 aviones de combate destinados a la Armada.
Al conjunto de la flota de combate del Ejército del Aire habría que añadir los once aviones Harrier Matador, de servicio en el portaviones Dédalo y con base operacional en Rota, que constituyen la defensa aérea de la Armada. Este tipo de avión, de fabricación británica, cuyo coste actual es de 1.400 millones de pesetas y que hoy sólo utilizan Estados Unidos, Inglaterra y la India, y cuyo primer prototipo data de 1958, se incorpora a la Armada a partir de 1976. El Harrier aúna las ventajas del helicóptero (despegue vertical) y la velocidad y autonomía de un cazabombardero. Por contra, tiene las desventajas de carecer de radar y alcanzar sólo una velocidad máxima de novecientos kilómetros por hora, por lo que no es apropiado para el combate aéreo. Sus misiones son las de ataque a puntos de la costa en apoyo a desembarcos, ataque de superficie a barcos y protección de la flota contra ataques aéreos. Va equipado con 250 kilos de bombas, cohetes y misiles. Su precio en 1980, según el último dato que consta en el Cuartel General de la Armada, era de setecientos millones de pesetas (seis millones de dólares), cifra que se estima muy superior ahora.
La flota de aviones Harrier de la Armada se verá sensiblemente ampliada a partir de 1986, coincidiendo con la la entrada en servicio del nuevo portaviones Príncipe de Asturias -según informó a EL PAIS una fuente autorizada del Cuartel General de la Armada, que no fue más explícita a la hora de cuantificar la ampliación-, ampliación que a nivel oficioso se sitúa en una cifra de catorce nuevos aviones.
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