21 trabajadores gallegos, absueltos de detención ilegal
La Audiencia Provincial de Pontevedra ha absuelto de las acusaciones de detención ilegal a veintiún trabajadores de la empresa Confecciones Niza, perteneciente al grupo de Empresas Regojo, de Redondela, hoy convertido en sociedad anónima laboral con el nombre de Telanosa. Los procesados -diecinueve mujeres y dos hombres- sufrieron una denuncia presentada por directivos de la empresa por haber sido retenidos contra su voluntad los días 9 y 11 de febrero de 1980 en las dependencias de la empresa.El fiscal, que calificó los hechos como constitutivos de dos delitos de detención ilegal, solicitó en sus conclusiones provisionales la pena de seis años de prisión para cada uno de los procesados. En sus conclusiones definitivas, el día del juicio, rebajó la pena a un año y medio para cada procesado. El magistrado absolvió a los procesados considerando que no se había probado en la vista la existencia de delito alguno, ni que en los hechos hubiesen tenido participación directa los acusados.
Se declaró probado que el 9 de febrero de 1980 un grupo de trabajadores de Confecciones Niza se concentró ante la sala en la que se reunían varios cargos directivos de la empresa, exigiendo información sobre el alcance del expediente de regulación de empleo pactado entre la dirección y los representantes del comité. Los trabajadores exigían la presencia de miembros del consejo de administración de la sociedad anónima laboral, que había iniciado su gestión y mantuvieron su actividad desde primeras horas de la mañana hasta las nueve de la tarde de ese día.
El día 11, lunes, se repitió la escena en otra factoría del grupo, protagonizada por más de un centenar de trabajadores, que discutieron fuertemente con los directivos. Sin embargo, nadie insistió en que los trabajadores hubiesen retenido contra su voluntad a los directivos de la empresa, que se consideraron detenidos ilegalmente.
Despedidos, sin embargo, varios de los trabajadores acusados en este proceso y ahora absueltos, fueron condenados en su día por la Magistratura de Trabajo, que consideró procedente su despido, entendiendo que habían cometido una falta muy grave al retener a los directivos de la empresa.
