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Reportaje:

Felipe González excluye la posibilidad de un Gobierno formado por socialistas y comunistas en Andalucía

Felipe González, secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), excluyó ayer rotundamente la posibilidad de que tras las elecciones del 23 de mayo su partido pueda formar un gobierno autónomo en Andalucía en coalición con los comunistas, al contrario de lo ocurrido en Asturias. "En la estrategia del PSOE", dijo el líder socialista, "hay una afirmación que hemos mantenido y mantendremos: que no es buena la creación de bloques antagónicos".

Preguntado durante una conferencia de prensa celebrada en Sevilla sobre qué coalición estaría dispuesto a formar el PSOE después de los comicios regionales, González explicó: "Una coalición consigo mismo, si se obtiene la mayoría absoluta; otra coalición consigo mismo si logramos la minoría mayoritaria y las demás fuerzas políticas son respetuosas con el resultado electoral, como ocurre ahora a nivel de Estado; y otra fórmula, a estudiar, si no es posible gobernar solos, y que excluye, desde luego, la formación de un bloque de izquierdas".Ante la insistencia de los informadores, el dirigente socialista matizó: "Me parece inútil decir ahora qué fórmula vamos a aplicar. Nosotros aspiramos a tener la mayoría en el Parlamento andaluz. Si no lo conseguimos, entonces habrá que buscar una solución de acuerdo con la voluntad popular, y siempre con la exclusión que he dicho antes". En caso de que ninguna fórmula fuera posible, el PSOE pasaría a la oposición en la región andaluza, según anunció su máximo dirigente.

Las declaraciones de Felipe González fueron recibidas con satisfacción por los dirigentes andaluces de su partido que, como es sabido, han solicitado una convocatoria extraordinaria del comité federal del PSOE para anular el acuerdo de sus compañeros asturianos de gobernar con los comunistas en aquella región. Ayer mismo, el candidato socialista q la presidencia de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo, declaraba al diario ABC que prefería marcharse a su casa antes que tener que gobernar con el PCE.

Confirmando sus declaraciones a EL PAIS, el secretario general del PSOE reiteró su desacuerdo con la decisión de su partido en Asturias, aunque precisó una vez más que "es vergonzosa la hipocresía que se está poniendo de manifiesto en este asunto", señalando que hace tres semanas el PCE participaba en el Gobierno autónomo asturiano junto a los demás partidos, "y ahora resulta que el que un comunista siga siendo consejero de Transportes le parece a la derecha lo más grave, dramático y muy perjudicial para el país".

No contribuir a agriar la polémica asturiana

"Yo creo que el PSOE no debe contribuir a agriar esa polémica, entre otras cosas porque no le interesa en absoluto a los andaluces", indicó Felipe González a propósito de la guerra dialéctica desatada en los últimos días entre su partido y la Confederación de empresarios andaluces.Precisamente antes de la rueda de prensa, el dirigente socialista mantuvo un coloquio con más de doscientos empresarios sevillanos, a quienes planteó la necesidad de un acuerdo global entre todos los sectores sociales para hacer frente a la crisis económica de esta región. "No entendemos", dijo, "porque se nos considera interlocutores válidos cuando estamos en la oposición y se nos niega el diálogo cuando se abre la perspectiva de que lleguemos al Gobierno".

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"El paso al sector público de sectores privados de la economía española contribuiría al empobrecimiento de la sociedad y a una mayor desigualdad, y lo digo desde una mentalidad socialista. Sería un estupidez, y no estamos dispuestos a cometer estupideces", explicó en defensa de su rechazo de las nacionalizaciones, rechazo que, repitió, no obedece a ningún motivo ideológico, sino pragmático: la convicción de que el aparato administrativo del Estado es hoy incapaz de hacerse cargo con eficacia de nuevos sectores económicos. Finalmente, el líder de la oposición calificó de grotesca la explicación dada por el Gobierno a su decisión de retirar del Parlamento el proyecto de Ley de Autonomía Universitaria (LAU). "Para todos los ciudadanos están muy claras dos cosas: una, que el Gobierno, al retirar el proyecto, ha roto su compromiso con el PSOE, después de haber liquidado a tres ministros por este tema; y la otra, que el Gobierno no es capaz de sacar adelante una ley sin los socialistas".

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