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La crisis polaca

Líderes de Solidaridad llaman a la resistencia clandestina

Dos líderes de Solidaridad, que permanecen en la clandestinidad y no han podido ser detenidos, han lanzado un llamamiento a la población para que resista al régimen militar y prepare comités clandestinos de huelga para organizar una paro general en el país en una fecha no fijada, informa The New York Times en base a noticias procedentes de Polonia.Uno de estos líderes, Zbigniew Janas, se refirió en su llamamiento a la creación de comités de huelga secretos para preparar el paro general. El otro, Wladyslaw Frasyniuk, líder del sindicato en Wroclaw, que, junto a Zbigniew Bujak, son los más altos responsables de Solidaridad aún libres, afirmó que el sindicato Solidaridad sigue vivo a pesar de la detención de sus líderes.

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Frasyniuk dice en su llamamiento que Solidaridad sigue trabajando porque goza del apoyo de la mayoría de la sociedad. La recompensa por la captura de Frasyniuk es de 3.000 zlotys, aunque fuentes de Solidaridad agregan que se pagarían hastas 250.000 por su cabeza.

Por su parte, Janas, líder obrero en la factoría de tractores de Ursus, declara que "en los difíciles momentos actuales tenemos que estar prevenidos ante la destrucción de Solidaridad, porque el sindicato es la única esperanza para los polacos".

En su declaración, además que recordar al pueblo que "las autoridades son unas asesinas", afirma que hay "una gran conspiración" para lograr la huelga general, a través de comités de huelga secretos.

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Janas y Bujak distribuyeron mensajes a los militantes de Solidaridad en los pasados días navideños. Según fuentes del sindicato independiente, otros importantes líderes, como Bogdan Lis, Alina Pinkowska y Bogdan Borusewiez, los tres organizadores de las huelgas del Báltico en 1980, tambien han enviado mensajes.

En su declaración, Frasyniuk afirma que está condenado a muerte y que Solidaridad ha puesto en marcha diversas formas de resistencia de acuerdo con las diferentes condiciones de represión.

En este último punto, las autoridades han endurecido su posición, y así se informó oficialmente ayer que seis miembros de Solidaridad en la región de Silesia han sido condenados a penas entre tres y seis años de cárcel por haber promovido huelgas "contraviniendo el estado de guerra". Por idénticos motivos han sido condenados sindicalistas en Tarnow, Bydgoszsz y Varsovia, informan agencias occidentales desde Viena.

Respecto a la posición de la Iglesia católica, criticada en sectores oficiales que hablan de la "posición dura" adoptada en los últimos tiempos por la jerarquía eclesiástica, ayer recibió el apoyo de los obispos franceses y alemanes, que suscribieron conjuntamente en Bonn un documento por el que solicitan la revocación de la ley marcial en Polonia.

Por su parte, las autoridades polacas explicaron ayer los objetivos del estado de sitio en un mensaje dirigido a la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Se trata, según el telegrama enviado por el ministro de Trabajo polaco, Antoni Rajkiewicz, "de crear las garantías para una profunda democratización de la vida sociopolítica del país".

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