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Solidaridad pide apoyo popular para los negociadores de la Iglesia que dialogan con las autoridades

El sindicato independiente Solidaridad, en un llamamiento clandestino difundido esta semana, exhortó a la población polaca y a los militantes sindicales a que apoyen a los negociadores de la Iglesia católica que en estos días dialogan con representantes del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista) para buscar una salida a la crisis, según informaron diversas agencias occidentales de Prensa y la emisora BBC de Londres.

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Con fecha del pasado día 22 de diciembre, la rama de Varsovia de Solidaridad (Mazowsze), cuyo presidente, Zbignew Bujak, sigue en libertad, difundió su cuarto boletín informativo, llegado ayer a Occidente, en el que pide a la población que persista en la resistencia pasiva e informó de la inhibición de los soldados en la represión de los huelguistas.En la exhortación de apoyo a los negociadores eclesiásticos, que serían los miembros del recién formado Consejo Social que rodea al cardenal primado Jozef Glemp, Solidaridad argumenta que "si manifestamos nuestra decisión de luchar contra el régimen de Wojcech Jaruzelski, las negociaciones pueden hacer posible una salida al dilema en que se encuentran la sociedad y el Estado polacos. Toda acción de protesta", añade el boletín informativo, "por pequeña que sea, asesta un golpe al Gobierno militar y acelera, la vuelta del Ejército a los cuarteles".

En la misma información, Solidaridad insistió en el tratamiento inhumano que reciben los prisioneros desde la proclamación del "estado de guerra" y en la persistencia de conflictos en la región de Silesia, si bien estas informaciones de Mazowsze son de la semana pasada y la situación parece haberse modificado en los últimos días.

Las tropas, al margen

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Pero de todos los datos difundidos por los sindicalistas, las apreciaciones sobre el comportamiento de los soldados son las que revisten mayor interés. Según Mazowsze, el centro siderúrgico Baildon fue asaltado por las tropas de seguridad, a pesar de que las mujeres de los obreros se agruparon a la entrada para impedir la intervención. Las tropas, por su parte, se mantuvieron en todo momento al margen.

Según el mismo boletín de Mazowsze, en la mina Staszic, "algunos soldado lloraban" mientras las fuerzas de seguridad iniciaban el pasado día 18 el asalto y los ocupantes huían como podían a través de tejados y ventanas.

Una información que reviste asimismo interés, difundida también por el boletín de Mazowsze, es la nueva forma de resistencia ideada en Poznan por los obreros, que expresan su protesta a través de la fabricación defectuosa de productos y del deterioro de las instalaciones.

Sin embargo, de las noticias difundidas por la rama de Solidaridad de Varsovia respecto a la situación en la zona báltica, se desprende que la situación tiende a normalizarse. Según Mazowsze, muchas empresas permanecen en huelga, siempre con datos de hace una semana, pero no dio precisiones sobre las mismas.

Lo que más preocupa a la rama de Solidaridad es la situación en la capital, Varsovia, que, según el boletín, "es la peor". Por ello, Solidaridad ordenó a los varsovianos: "No tengáis miedo unos de otros, pasaos informaciones. Hemos sido ocupados, pero no hemos sido vencidos. Encended una vela todos los días, entre las 20.00 y 21.30 horas, en señal de resistencia y unidad".

Por otra parte, la situación en la mina Piast de Silesia es aún conflictiva y de resistencia al régimen militar. El viernes pasado, la emisora oficial Radio Varsovia informó que 1. 166 mineros siguen ocupando las instalaciones, aunque el número disminuye según la misma emisora.

Las autoridades anunciaron el pasado jueves que los obreros ocupantes de la cercana mina de Ziemowit habían regresado a la superficie. Ayer, el director de la mina Piast habló por telefóno con los huelguistas, sin que se notificara el contenid.o del diálogo, informó Radio Varsovia en una emisión captada en Viena.

Por su parte, la agencia oficial de noticias PAP acusó ayer al presidente norteamericano, Ronald Reagan, de "injerencia sin precedentes en los asuntos interiores polacos" y le reprochó bajar el nivel de vida de las familias polacas.

En un despacho de Prensa leído por Radio Varsovia, la agencia criticó la "retórica de guerra fría" de Reagan en sii mensaje navideño con "amenazas contra la Unión Soviética y contra las relaciones entre EE UU y la URSS".

Al enjuician las medidas sancionadoras anunciadas por Reagan, la agencia expresó su esperanza de que los aliados europeooccidentales no imiten las limitaciones a la exportación de tecnología anunciadas por el. primer m.andatario norte americano.

Los viajeros que llegan de Polonia a Occidente coinciden en afirmar que la sociedad polaca ha reencontrado los viejos fantasmas de los tienipos de la ocupación, sospecha, silencio en las calles, recogimiento casero, cuando, apenas hace quince días, todo el mundo hablaba de todo en voz alta en cualquier parte.

Ya no se encuentran los rostros joviales y la locuacidad de las personas. Los polacos, dicen los viajeros, saben que el oído de un policía puede estar a su lado.

Para los más optimistas, Solidaridad volverá, y con ella, las libertades, así interpretan las palabras de Jaruzelski, que habló de la necesaria "reeducación" del sindicato. Los otros creen que se ha perdido la oportunidad de conseguir libertad con el desmantelamiento del sindicato. Estos polacos no confian que un poder de tales características autorice el retorno de su gran enemigo, Solidaridad, aunque sea debilitado.

Las gentes han retornado a los hábitos de la protesta política clandestina: "Escucha y transmite informaciones" y la consigna llega a todos, aunque no todos pongan en sus ventanas las velas encendidas como homenaje a los obreros muertos de 1970 y 1981.

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