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ECOLOGIA

El Parlamento español se pronuncia en contra de la pesca de ballenas

La Comisión de Agricultura del Congreso aprobó anteayer, con la única oposición de UCD, una moción para que la delegación española ante la Comisión Ballenera Internacional (CBI) vote a favor de la moratoria en la pesca de ballenas. Con esta resolución, España se incorpora al bloque de países conservacionistas de la CBI y abandona el sector encabezado por Japón y la Unión Soviética, que hasta ahora habían impedido, con sólo un tercio de los votos, que se pusiera fin a la captura comercial de cetáceos.

Tras conocerse el resultado de la moción, propuesta por el PSOE, el portavoz de UCD en la Comisión de AGricultura del Parlamento manifestó que lo jue aún «no está muy claro es si con la moción aprobada por el Parlamento se podrá cazar el cupo de ballenas que la CBI otorgó a la industria ballenera española para 1982». El pasado mes de julio la industria gallega IBSA, la única que pesca ballenas en España, consiguió, con el apoyo de la delegación oficial del Gobierno español, que se le concederá un cupo de unas doscientas ballenas para la próxima temporada. Sin embargo, ahora, tras la decisión adoptada por el Congreso, todo parece indicar que los cetáceos pasarán a engrosar la lista de especies protegidas en España.La moción parlamentaria ha provocado gran júbilo en los grupos ecologistas nacionales e internacionales, que desde 1977 vienen desarrollando una fuerte campana para que cese la pesca de ballenas, mamíferos marinos que están a punto de desaparecer a causa de la presión humana.

La Federación de Amigos de la Tierra (FAT) hizo público ayer un comunicado en el que se pide la moratoria a nivel mundial en la pesca de ballenas, y acusa a Japón, Noruega e Islandia "de sobreponer los intereses mezquinos de un pequeño número de empresas a la supervivencia de una de las especies más inteligentes de nuestro planeta", al haber objetado las decisiones de la CBI y anunciar que su flotas seguirán matando cachalotes. Siciun la FAT. el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Conoreso de Estados Unidos, Don Bonker, ha anunciado ya su voluntad de sancionar a estos países con las medidas que la lesilslacíón norteamericana prevé para aquellos que no respeten las decisiones de la Comisión Ballenera Internacional, y que consisten en suspender su posibilidad de pesca dentro de las doscientas millas de las aguas territoriales estadounidenses y en limitar las importaciones de productos pesqueros procedentes de estos países.

Los Amigos de la Tierra consideran que el hecho de que la empresa ballenera española, propiedad del industrial Massó, no haya podido capturar durante la temporada de 1981 más de 150 ballenas, cuando disponía de un cupo de 220, demuestra el declive de las poblaciones de estos animales. Los tres barcos balleneros que posee el industrial Massó llegaron incluso a prolongar durante veinte días la temporada normal de la pesca de rorcuales, con el fin de matar alguno más, sin embargo, en todo ese tiempo; no consiguieron localizar ni una sola ballena en las costas gallegas.

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