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Reportaje:

Veinte millones de personas que piensan en español, pero deben hablar en inglés

Los responsables de los movimientos hispanos en Estados Unidos están librando una dura batalla cotidiana para impedir que la todopoderosa lengua inglesa y el sistema de valores que expresa aplaste al idioma y la cultura españolas en el norte del continente americano. Las dificultades, sin embargo, son enormes en un país donde se intenta promover oficialmente la exclusión de cualquier lengua que no sea el inglés. Las autoridades españplas, por su parte, no ayudan demasiado a la progresión de nuestra lengua en Estados Unidos. Un enviado especial de EL PAÍS ha recorrido los santuarios de la Norteamérica que piensa en español.

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"Si la comunidad hispana en EE UU formase un Estado sería el quinto país en el mundo de habla española", dice Raúl Yzaguirre, presidente del Consejo Nacional de la Raza, organismo con 140 grupos hispanos afiliados a lo largo de toda la geografia estadoupidense.La afirmación es cierta, desde el punto de vista numérico, gracias a los veinte millones de híspanos, entre legales e indocumentados, que viven actualmente en Estados Unidos. Sin embargo, en la práctica, el idioma español pierde influencia de manera gradual entre los jóvenes de origen hispanohablante.

Los congresos de las organizaciones hispanas tratan los problemas de la comunidaa en inglés. En Alburquerque, Nuevo México, el presidente de los jóvenes de Lulac, Leonardo González, de veinte años de edad, reconoce que "hay facilidades bilingües, pero la educación hay que seguirla en inglés", dice en la lengua de Shakespeare, al estilo americano. Prácticamente no habla español, aunque lo entiende "porque lo hablan mis padres".

"Hijo mío, nunca gané un centavo por hablar español", recuerda por su parte el rector de la Universidad de Nuevo México, John Aragón, con un perfecto español, prueba patente de que este Estado es la parte de EE UU donde se conserva el español hablado más ptiro.

"Lo importante es la educación, el conseguir un perfecto bilingüismo, pero es evidente que en una comunidad de preponderancia anglófona para triunfar en la vida hay que educarse en inglés", zanja por su parte Tony Bonilla, presidente de Lulac.

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La batalla por la enseñanza bilingüe

Opiniones, en conjunto, que reflejan una realidad y contribuyen a dar argumentos a la nueva directriz educativa marcada por la Administración del presidente Ronald Reagan, considerada por algunos anticonstitucional en un país que reconoce que no puede "existir discriminación por motivos de raza, lengua o religión".

Por razones de economía presupuestaria, por considerar que es innecesaria la existencia de un Ministerio de Educación, el presidente Reagan reduce drásticamente los programas de enseñanza bilingüe. Una enseñanza cuyo control y futuro pasa a nivel de los Estados féderales, cada uno de los cuales decidirá si mantiene o no la enseñanza bilingüe. Continuará, obviamente, en Estados como California, Tejas o Nueva York, con amplias minorías hispanas, pero muy probablemente desaparecerá en otros con menor influencia de nuestra lengua.

"Hay 3.500.000 niños en Estados Unidos con lenguas maternas distintas al inglés, de los cuales el 70% son hispanos", expone Tony Bonilla. Añade que el "imprescindible" que los primeros años de la escuela pública sean impartidos en español" y progresivamente puedan adquirir una cultura en inglés, sin perder su personalidad hispana".

La lengua, el idioma, factor primordial para mantener una identidad nacional, es tema de conflicto hoy en EE UU entre la Administración Reagan y los dirigentes hispanos. No desaparecerá el español hablado en Estados Unidos por los pochos, como denominan los mexicanos de México a los mexicano-estadounidenses, que mezclan la mitad de la conversación en español y la otra mitad en inglés. Pero sí puede reforzar su influencia el inglés, sobre todo en zonas de bajo porcentaje hispaho, si los hispanos pierden la batalla de la educación bilingüe.

"No mandamos a nuestros hijos a la escuela para que aprendan español. Ya lo. saben porque lo hablamos en familia, lo oyen en la televisión. Les mandamos para que reciban educación primaria en español, facilitándoles el acceso a la cultura, base de promoción social", añade Bonilla. Entre las organizaciones de la Lulac que él preside hay numerosos profesores.

La cultura hispana en EE UU

La promoción de la enseñanza bilingüe fue una conquista lograda en época del presidente demócrata Jimmy Carter. Hoy los aires so plan en sentido contrario. Incluso existe en proyecto una nueva ley ante el Congreso, patrocinada por el senador californiano Hayakawa, que desea introducir una enmienda constitucional en la que sólo se reconozca el inglés como lengua oficial en Estados Unidos.

A pesar de los escollos administrativos o los naturales derivados de una lengua minoritaria en Estados Unidos, el español cuenta con cátedras en casi 2.000 universidades de EE UU. Es también el idioma más enseñado y en progresión entre los anglófonos, por delante del francés, el alemán o el italiano.

En lo cultural, los hispanos en EE UU cuentan como principal vehículo con una televisión en progresión, centros culturales mexicanos (España está casi totalmente marginada por falta de interés oficial), o incluso ramas de facultades universitarias mexicanas en ciudades de preponderancia hispana, como San Antonio, en Texas, donde el 56% de la población es de origen hispano.

El Chicano Film Festival, el Centro campesino cultural, el grupo Academia, en Nuevo México, o el proyecto para formar un Consejo Nacional sobre la Cultura Hispana, cara a la preparación de los quinientos años de presencia hispana en América en 1992 forman parte de algunos de los movimientos culturales más significativos.

"Empezamos por coleccionar la historia oral del pueblo, con una obra titulada Entre verde y seco, para que no se olvide el origen de nuestra gente", dice Tomás Atencio, directivo de Academia, que desde hace veinte años trabaja en el intento de reavivar la cultura hispana en Santa Fe, Taos y otros pueblos al norte de Nuevo México, donde las tribus indias conservan tradiciones españolas.

En San Antonio, la directora del grupo Festival Calderón, nacido para conmemorar al dramaturgo español, Marian Brunni, proyecta un plan de inclusión en la Prensa dominical de suplementos editados en inglés y en español para que los niños de San Antonio asimilen la historia española de la ciudad tejana fundada por los canarios.

"Vamos a impulsar programas culturales de tradición hispana en San Antonio, porque a mí me parece bien que por cada Shakespeare haya un Cervantes", explica por su parte Bernardo Eureste, consejero de Cultura del Ayuntamiento de San Antonio. Firme partidario de "reequilibrar" los presupuestos culturales de la villa entre los conciertos sinfónicos, donde la mayoría del público es anglo, y los bailes de mariachis, para la gente hispana.

Mientras la lucha por la educación bilingüe continúa incierta, otros medios tanto o más efectivos para mantener la lengua, como es la televisión, ganan posiciones entre el mundo hispano de Estados Unidos. Otro fenómeno indicativo de la importancia de la minoría hispana es la tímida aparición de anuncios en español.

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