Pinocho sigue desatando en Italia controversias sobre su personalidad
Dos años durará la conmemoración del centenario del personaje de Collodi
Italia celebrará durante dos años, hasta 1983, el centenario de uno de los personajes más populares del mundo: Pinocho, la criatura creada por Carlo Collodi, cuya obra ha sido traducida a 87 idiomas, y que ha producido una bibliografía a la que no ha sido ajena la controversia. El acto inaugural de la conmemoración del centenario se celebró en septiembre en Collodi, la tierra natal del creador de Pinocho. Por otra parte, en un congreso que acaba de celebrarse en Florencia, el famoso muñeco de la nariz enorme ha sido interpretado de las formas más diversas: para unos, su actitud vital era la de un rebelde; para otros, Pinocho fue un precursor del pop art, y para algunos es «un ser sin geografía y sin tiempo». Para todos es un ser de ficción cuya vida es inagotable.
La inauguración oficial del centenario del famosísimo personaje italiano acaba de celebrarse en Collodi, un pueblo de Pescia, en la provincia de Pistoia, con la presentación, a los niños llegados de media Italia, de una sartén gigante que pesa una tonelada y tiene cuatro metros de diámetro y un mango de seis metros. Recuerda la sartén del pescador verde que quería freír a Pinocho creyendo que era un pez.El nombre de Collodi es conocido en todo el mundo como el del autor del libro de Pinocho, pero en realidad se trata sólo de un seudónimo del verdadero autor, que se llamaba Carlo Lorenzini. Collodi es sólo el pueblecillo donde había nacido la madre de Lorenzini, que escogió aquel nombre para esconder su verdadera identidad.
El centenario se ha inaugurado este año, porque la historia de Pinocho nace exactamente el 7 de julio de 188 1, cuando Lorenzini publicó el primero de los cien capítulos sobre Pinocho en el Giornaale per i Bambini, el semanario romano dirigido por Ferdinando Martini.
Terminarán los festejos en 1983, porque fue en 1883 cuando otro editor, Felici Pagal, de Florencia, recogió todos los capítulos en una publicación llamada Las aventuras de Pinocho. Historia de un títere.
Estos días, el famoso títere de madera está siendo objeto de un análisis que abraza desde el pensamiento psicoanalítico al semántico, al filosófico, al político y hasta al teológico.
El diario situado a la izquierda del partido comunista III Manifiesto acaba de dedicar dos páginas enteras a Pinocho, y llega a decir que la importancia del rey de los títeres, el "juguete más amado por: todos los niños en los últimos cien años", puede parangonarse sólo a Don Quijote, Hamlet, Falisto., Gulliver o Madame Bovarly. De Pinocho se habla como de un personaje aún vivo, casi un duende, que se divierte con sus monerías. Por ejemplo, cuando el 20 de septiembre las autoridades, con gran pompa, empezaron a descubrir en Collodi una lápida de mármol conmemorativa no había modo de desperar la tela que cubría el mármol. Alguien pensó que eran las manos de madera del terrible Pinocho, que se divertía tomando el pelo a las autoridades presentes.
Han empezado ya a aparecer en todos los escaparates de Italia cientos de libros y de ediciones magníficas de Pinocho. Se han abierto ya docenas de exposiciones de pintura y escultura, y no habrá pueblo que no celebre el centenario de Pinocho, que despierta siempre la gran simpatía de pequeños y grandes.
La fama
Glancarlo Savino, director de la Biblioteca Municipal de Pistola. tierra de Pinocho, afirma que ningún otro texto de la literatura con menos de un siglo ha gozado nunca de tanta fama. Baste recordar. añade, que la historia de Pinocho ha sido hasta ahora traducida a 87 lenguas y que ha producicio una bibiografía torrencial y polivalente.Existe una Fundación Nacional para el Estudio de Pinocho, un parque público y monumental en Collodi, un comercio muy floreciente en todo el mundo de muñecos de Pinocho, diversas pelíulas y un gran número de congresos, incluso algunos de carácter internacional, sobre el discutido personaje de Collodi.
Entre los actos organizados para el centenario ha resultado muy polémico el congreso que acaba de clausurarse en Florencia sobre Pinocho. Participaron tres personajes de primer orden de la cultura literaria italiana contemporánea: Lugi Compagnone, Luigi Malerba y Giorgio Manganelli.
Los tres famosos escritores han demostrado que, en realidad, el Pinocho que cada uno de nosotros lleva dentro es muy distinto. Cada uno de nosotros tiembla cuando recuerda la cuerda con la cual los asesinos intentaron ahorcar a Pinocho, y que cada uno de nosotros se rija sobre una de las mil imágenes y aventuras del títere con símbolos y proyecciones diversas.
Precursor del "pop art"
Queda claro de las discusiones tanto populares como a alto nivel que aún no se sabe bien si Pinocho era un personaje obediente o rebelde, antiguo o moderno. Un personaje de ayer o uno para mañana. Según Compagnone, por ejemplo, en la olla pintada sobre la pared y que Pinocho intenta en vano de destapar «existe latente un objeto de pop art, presentado con aquella crítica del objeto a la que llegará el pop art al cabo de cien años».Según Malerba, Pinocho es una historia «sin geografía y sin tiempo», que se ensancha o se encoge según « los principios de la teoría de la relatividad». Para este escritor, es necesario devolver a Pinocho «su alegre y vertiginosa carrera, su vanidoso, ingenuo e impenitente vagabundear». sin proyectar sobre el famoso títere de Collodi «las famosas mitologías contemporáncas», que han hecho de Pinocho un símbolo para todo tipo de necesidades: la regresión a la infancia, la iniciación a la vida, el engaño pedagógico, la catarsis burguesa, la fuga de la represión familiar: en una palabra, ha dicho Malerba, «de todos los pequeños caos y los grandes vacíos que se hallan en el camino del psicoanálisis, del catolicismo, del idealismo, del estructuralismo y del marxismo».
Por su parte, el tercer escritor, Manglanelli, ha sostenido en el congreso de Florencia que Pinocho, en realidad, es «un libro angustioso, pero también diabólico, cismático, furibundo», y añade que en la historia de personajes como Pinocho «está escondido el sentido de nuestra misma existencia».
Babelia
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